La llegada de Giorgia Meloni como primera ministra de Italia en 2022 marcó un hito en la política europea, no solo por ser la primera mujer en ocupar el cargo en su país, sino también por su vinculación con la ultraderecha posfascista. Al leer su biografía vino la idea de compararla con figuras como Indira Gandhi, Margaret Thatcher y Angela Merkel, donde emergen contrastes y paralelismos que revelan cómo el género, la ideología y el contexto histórico moldean el ejercicio del poder.
Meloni representa un nacionalismo conservador arraigado en movimientos posfascistas, como el Movimiento Social Italiano (MSI), del cual heredó símbolos como la llama tricolor. Su discurso se centra en la defensa de la “familia natural”, la oposición a la inmigración y el euroescepticismo, alineándose con líderes como Viktor Orbán. En contraste, Margaret Thatcher encarnó un conservadurismo neoliberal, promoviendo la privatización, la desregulación y un férreo anticomunismo, sin conexiones con movimientos extremistas.
Por su parte, Indira Gandhi, aunque líder del Partido del Congreso en India, combinó socialismo con autoritarismo. Declaró el estado de emergencia en 1975, suspendiendo derechos civiles y ordenando esterilizaciones forzadas, medidas represivas que contrastan con el enfoque de Meloni, quien, hasta ahora, opera dentro del marco democrático. Mientras que Angela Merkel, canciller alemana (2005-2021), representó un centrismo pragmático, enfocado en la estabilidad europea y políticas de acogida migratoria, diametralmente opuesta al nacionalismo de Meloni.
Cuando se analiza su estilo de liderazgo y uso del poder, vemos que Meloni ha utilizado un populismo identitario, con consignas como “Dios, patria y familia“, y un carisma mediático que la conecta con bases desencantadas. Thatcher, apodada la “Dama de Hierro”, destacó por su firmeza ideológica, como durante la Guerra de las Malvinas, donde su decisión de confrontar a Argentina revitalizó su popularidad. Ambas emplearon retóricas combativas, pero mientras Thatcher priorizó reformas económicas, Meloni enfatiza temas culturales.
Indira Gandhi, en cambio, consolidó su poder mediante centralización autoritaria. Su manejo de la Operación Estrella Azul (1984), un violento operativo contra separatistas sijes, muestro su disposición a usar la fuerza estatal, algo que Meloni ha evitado hasta ahora, aunque su política de bloqueo naval contra migrantes refleja un enfoque duro. Merkel, por su parte, optó por un liderazgo conciliador, negociando soluciones multilaterales, como durante la crisis migratoria de 2015. Tampoco debemos olvidar su admirable austeridad.
Las cuatro líderes enfrentaron el desafío de navegar en entornos dominados por hombres. Meloni ha explotado su rol de madre y mujer tradicional para legitimar su discurso conservador, una estrategia similar a la de Thatcher, quien minimizó su género para enfatizar su fortaleza. Indira Gandhi, heredera de una dinastía política, usó su linaje (hija de Jawaharlal Nehru) para acceder al poder, aunque su género fue tanto un obstáculo como un símbolo de ruptura en la India poscolonial. Merkel, en cambio, evitó destacar su condición de mujer, priorizando una imagen técnica y pragmática.
En cuanto a su impacto en la democracia y relaciones internacionales, Meloni genera preocupación por su euroescepticismo y vínculos con Rusia, lo que podría debilitar la cohesión europea. Thatcher, aunque crítica de la UE, mantuvo una alianza sólida con Estados Unidos y promovió el mercado único europeo. Indira Gandhi, aliada con la URSS durante la Guerra Fría, enfrentó tensiones con Pakistán y Estados Unidos, mientras que Merkel fue pilar de la UE y la OTAN.
Aunque todavía temprano, Meloni aún define su legado, pero su gobierno ya enfrenta escándalos, como la repatriación de un caudillo libio buscado por la CPI. Thatcher dejó una huella profunda con sus reformas económicas, pero también con división social. Indira Gandhi es recordada por su autoritarismo y asesinato en 1984, mientras que Merkel es símbolo de estabilidad en crisis globales.
Podemos concluir que Giorgia Meloni encarna un nacionalismo del siglo XXI, donde la identidad y la soberanía chocan con los valores liberales. Su comparación con Gandhi, Thatcher y Merkel revela que, aunque comparten el hecho de ser mujeres en el poder, sus ideologías y métodos divergen radicalmente. Mientras Thatcher y Merkel operaron dentro de marcos institucionales consolidados, Meloni y Gandhi han demostrado cómo el poder puede usarse para desafiar o distorsionar esos mismos marcos. Su trayectoria futura dependerá de si logra equilibrar su retórica radical con las realidades de gobernar en una Italia y una Europa en crisis.
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