Las tres barcazas contratadas por el Gobierno de Daniel Noboa para reforzar el suministro eléctrico ya entregan energía al Sistema Nacional Interconectado (SNI), aunque de manera intermitente debido a la variabilidad de la generación hidroeléctrica. Mientras tanto, las nuevas centrales termoeléctricas siguen en fase de pruebas y aún no comienzan operaciones comerciales.
Asegurar el suministro eléctrico normal durante todo 2025 es considerado clave para la recuperación económica del país. Según proyecciones, un año completo sin apagones impulsaría la productividad y el empleo, después de las severas pérdidas económicas de 2024.
Barcazas turcas: operativas, pero con limitaciones
La primera barcaza, Emre Bey (100 MW), opera comercialmente desde septiembre de 2024. Le siguieron Murat Bey en diciembre de 2024 y Erin Sultan en enero de 2025, ambas también de 100 MW. Sin embargo, estas últimas aún no han sido declaradas oficialmente en operación comercial y su aporte ha sido intermitente, ajustándose a los requerimientos del Operador Nacional de Electricidad (Cenace).
La generación de cada unidad ha oscilado en torno a 80 MW, dependiendo de la demanda, en un contexto en el que las lluvias que alimentan las hidroeléctricas han disminuido. Emre Bey fue contratada por 18 meses por $114,3 millones, Murat Bey por seis meses y Erin Sultan por 450 días. Un punto de atención es que el contrato de Murat Bey vence el 16 de julio de 2025, sin que hasta ahora se haya confirmado su renovación.
Centrales térmicas: avances, pero sin operaciones comerciales
Las nuevas plantas térmicas que debían empezar a operar en noviembre de 2024 presentan retrasos:
- El Salitral (100 MW): La empresa Progen inició pruebas de arranque el 15 de abril de 2025. Aún falta instalar transformadores para comenzar a generar electricidad.
- Quevedo (50 MW): También a cargo de Progen, sigue en instalación. Los equipos contenerizados permitirían una puesta en marcha más rápida, aunque es necesario calibrarlos.
- Esmeraldas (91 MW): La firma uruguaya Austral comenzó pruebas en la primera bahía el 11 de abril de 2025. El avance general es del 82%, pero no se ha definido una fecha de operación.
Un riesgo latente para 2025
La urgencia de poner en marcha estas nuevas fuentes de generación responde al riesgo de un nuevo estiaje severo. Según estimaciones, si se repiten condiciones de sequía similares a las de 2024, Ecuador enfrentaría un déficit de entre 587 MW y 650 MW en octubre de 2025, incluso con importaciones de energía desde Colombia.
En 2024, los apagones de hasta 14 horas diarias provocaron pérdidas económicas de $1.916 millones, de acuerdo con el Banco Central del Ecuador. Repetir esa crisis no solo afectaría a los hogares, sino que frenaría el crecimiento económico que el país necesita.
Por ello, además de poner en marcha las plantas de El Salitral, Quevedo y Esmeraldas, está pendiente iniciar procesos para contratar 638 MW adicionales en generación dual (diésel y gas natural).
El tiempo juega en contra, y la estabilidad energética es una condición indispensable para que Ecuador recupere su dinamismo económico este año.
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