Ahora Sí Presidente

Abr 25, 2025

Por Victoria Ramírez

Victoria Ramírez es actualmente Directora del Programa para América Latina en Students for Liberty. Ha trabajado como asesora política para la Secretaría Nacional de Planificación de Ecuador y como investigadora en la Fundación en Ecuador Libre.

Es miembro fundador de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la y parte de Solidaridad Democrática.

Tiene una licenciatura en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales por la Universidad Casa Grande y Maestría en Asesoría de Imagen y Consultoría Política por la Universidad Camilo José Cela.

Desde que Daniel Noboa fue elegido presidente en 2023, siempre lo ha acompañado una sombra persistente: la necesidad de generar resultados inmediatos. Tras una elección marcada por el asesinato de uno de los candidatos, la sociedad apostó por una figura relativamente nueva, joven y que, en comparación con los demás contendientes, parecía más equilibrada.

Una vez en el poder, Noboa logró algo inusual: que otras fuerzas políticas respaldaran sus acciones, especialmente en la Asamblea, donde no contaba con mayoría. Durante esos primeros meses, se mantuvo la esperanza de que él sí lograría resultados concretos en la lucha contra el crimen organizado y en la mejora de la economía, algo que su antecesor no consiguió.

Sin embargo, con el paso del tiempo comenzaron a evidenciarse los problemas de esta joven y prometedora figura. Designó un gabinete con miembros inexpertos y recurrió en exceso al decreto ejecutivo para declarar estados de excepción en su combate contra el crimen organizado, una práctica que ha sido observada por la Corte Constitucional. Particularmente grave fue la gestión de la crisis energética, que provocó apagones de hasta 14 horas diarias durante varios meses, afectando gravemente al país y generando pérdidas de hasta 12 millones de dólares por cada hora sin electricidad, según los gremios productivos.

Pese a todo esto, en la última elección la ciudadanía volvió a elegirlo como presidente. En la mente de muchos votantes pesó más el temor al correísmo y al posible retorno de un régimen que, según perciben, tanto daño causó al país en los ámbitos económico, institucional y moral. Noboa ganó, a pesar de sus resultados. Porque el crimen organizado sigue haciendo estragos, la situación económica no ha mejorado y el desempleo continúa siendo una preocupación latente.

Ganó también a pesar de las constantes denuncias sobre la injerencia del Ejecutivo en otras funciones del Estado, y pese a flagrantes infracciones electorales, como no pedir licencia para hacer campaña o sus maniobras para evitar encargar la presidencia a la vicepresidenta Verónica Abad.

Más le vale no equivocarse al pensar que la gente votó por él, por sus políticas o por su gestión. Más le vale valorar la confianza que se le ha otorgado y no confundirla con un cheque en blanco, porque los escasos resultados obtenidos hasta ahora no serán suficientes. Ahora sí, más vale que haya resultados reales, enmarcados en el Estado de derecho, y que beneficien al país de la manera que urgentemente necesita.



1 Comentario

  1. fue frau IDIOTA

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