‘Quería morir en casa’: revelan los últimos momentos del papa Francisco en su lecho de muerte

Abr 24, 2025

El deseo del papa Francisco se cumplió: morir en su hogar, en paz y sin intubación. Así lo reveló este jueves 24 de abril el médico Sergio Alfieri, coordinador del equipo del Hospital Gemelli de Roma que lo atendió en sus últimos días.

Entré en su habitación y tenía los ojos abiertos. Comprobé que no tenía problemas respiratorios, intenté llamarle, pero no contestaba”, relató Alfieri. Fue entonces cuando se comprendió lo inevitable: el pontífice estaba en coma. Ni siquiera respondió a estímulos dolorosos.

El médico explicó que no lo trasladaron al hospital porque él lo había pedido así. “Quería morir en su casa, en Santa Marta”, recordó. Ese deseo fue respetado hasta el final. Su asistente personal, Massimiliano Strappetti, considerado por el propio Francisco como “un hijo”, fue clave para evitar cualquier tipo de ensañamiento terapéutico.

El papa había dejado muy claras sus instrucciones: nada de intubación. Sabía que sus pulmones estaban frágiles, infectados, y que una intervención así sería irreversible. “Durante su última hospitalización pidió expresamente que no se le intubara”, contó Alfieri.

El médico recibió la llamada de urgencia a las 5:30 del lunes 21 de abril: “El Santo Padre está muy enfermo”. Llegó veinte minutos después a la residencia papal. “Parecía difícil pensar que fuera necesario un ingreso. Corríamos el riesgo de que muriera en el traslado”, afirmó.

Según el parte oficial, Francisco murió a las 7:35 a. m. (hora local) del 21 de abril por un ictus cerebral que derivó en un coma y luego en un paro cardiocirculatorio. El diagnóstico médico sugiere que un émbolo pudo haber ocluido una arteria cerebral o que ocurrió una hemorragia.

“Son eventos que pueden pasarle a cualquiera, pero en los ancianos el riesgo es mayor, sobre todo si se mueven poco”, explicó el cirujano.

Alfieri finaliza con una imagen conmovedora: “Es como si, al acercarse al final, hubiera decidido hacer lo que tenía que hacer. Como aquel Domingo de Resurrección, cuando aceptó dar una última vuelta por la plaza entre la multitud”.

El papa Francisco se despidió en silencio, fiel a su decisión de morir sin hospitales ni máquinas, rodeado solo de los suyos. Un final sereno para un líder que vivió con sencillez… y partió de la misma forma.



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