El Vaticano se ha convertido en el epicentro del dolor y la devoción católica tras el fallecimiento del papa Francisco, a los 88 años. Desde la madrugada, más de 90.000 personas han acudido a la Basílica de San Pedro para darle el último adiós al primer pontífice latinoamericano.

El féretro, colocado frente a la tumba de San Pedro y sobre una plataforma sencilla, ha sido dispuesto según los deseos del papa Francisco, quien pidió un velatorio sin catafalco ni honores ostentosos. Esta decisión refleja su estilo humilde y cercano, que marcó su pontificado desde el inicio.

Debido a la masiva asistencia, el Vaticano decidió extender el horario de visitas, manteniendo la Basílica abierta durante la noche. Solo en las primeras horas del velatorio, el miércoles, más de 19.000 personas pasaron frente al cuerpo del pontífice.

El funeral está previsto para el sábado y se espera una asistencia multitudinaria. Después de la ceremonia, Francisco será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, uno de sus lugares más queridos, cumpliendo su voluntad de descansar en una tumba sencilla.

La transmisión en vivo de los actos fúnebres continúa en plataformas digitales, permitiendo que millones de personas en todo el mundo acompañen este histórico momento.