El cierre de la avenida De Los Conquistadores, en el nororiente de Quito, ha generado un verdadero caos vial. Un socavón y varios deslizamientos de tierra obligaron a restringir el paso desde el domingo 6 de abril, dejando a 40.000 vehículos sin una de sus principales rutas de circulación.
La vía, que conecta con sectores clave del norte y centro de la ciudad, fue rehabilitada hace menos de un año, pero no resistió las intensas lluvias ni el abandono de las laderas. Ahora presenta grietas profundas y hundimientos que ponen en riesgo a los conductores.
“Tenemos grietas al filo de la vereda hacia la quebrada”, explicó Paola Carrillo, directora de la Secretaría de Riesgos. Aunque aseguró que la calzada principal no está comprometida, sí se requieren estudios técnicos urgentes antes de reabrir el paso.
Por ahora, el tránsito está limitado exclusivamente a vehículos de los moradores y buses escolares. Las autoridades no se atreven a dar una fecha exacta de reapertura, pero advierten que podría tomar varios días o incluso semanas.
La emergencia no solo complica el tráfico. Más de 200.000 personas que dependen diariamente de esta vía han quedado afectadas. A pesar de los esfuerzos de limpieza por parte de los vecinos, el colapso de la infraestructura exige intervenciones más profundas.
“Cuando hay afectaciones todos los días, el Municipio no está”, denunció Antonio Amendaño, habitante del sector. Los moradores piden soluciones estructurales y no solo atención momentánea tras los desastres.
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