Totalitarismo y democracia

Abr 4, 2025

Por Ney Dolberg

Hemos llegado a un punto en la historia de la humanidad en que al pasar del industrialismo al informacionalismo (tercer cambio de época) se han polarizado los dos tipos de regímenes: los que concentran todos los poderes, con un movimiento único y una ideología oficial; y aquellos que respetan la participación ciudadana, bajo un diálogo continuo que se sostiene en el equilibrio de poderes y los sistemas de control, entre los que se destaca la prensa libre para que la información sea fluida y no centralizada.

La revolución tecnológica ha permitido que tanto las democracias como los totalitarismos permeen todas las sociedades y hoy oriente y occidente se enfrasquen en una guerra comercial y tecnológica que empieza a forjar nuevas reglas de juego post-globalización, no sin antes enfrentarse en guerras de baja escala en medio oriente y “mostrar los dientes” con armas de
nueva tecnología.

La primera premisa marxista de los totalitarios reza que desde hace 10 mil años, en el primer cambio de época en el que pasamos del nomadismo al sedentarismo y con ello a la apropiación de la tierra, en todas las sociedades humanas empezaron a desarrollarse élites corruptas que oprimen a los pueblos, por tanto la revolución consiste en irse en contra de esas élites y liberar a los pueblos dominados por ellas. Luego en el segundo cambio, con el advenimiento del industrialismo esas élites se apropiaron de los medios de producción y agravaron la opresión.

La segunda premisa consiste en autoproclamarse como los “mesías revolucionarios”, pues solo ellos entienden al pueblo y son elegidos para liberarlos y darles acceso a la justicia social.

El objetivo fundamental será hacer desaparecer todas las élites y todas las estructuras que las sostienen a cualquier costo, camuflándose de demócratas con elecciones libres y justas, y aliándose con quien sea necesario para ese fin, “el fin justifica los medios”.

Como hemos visto en la historia, el cuentito es muy atractivo y romántico, sin embargo los resultados han sido caóticos, dictadores implacables con manos llenas de sangre, corrupción, muertes de millones por hambrunas, pueblos atrasados, hambrientos con emigrantes repartidos por todo el mundo.

Por supuesto, también existen totalitarios de derecha extrema y teocracias tanto más despóticos que el socialismo, así como nuevos sistemas como el capitalismo de estado, material para otro artículo; por eso quien busca el diálogo, la libertad y la justicia siempre luchará por la democracia.



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