La crisis política en Corea del Sur llegó a su punto más álgido este viernes 4 de abril, cuando la Corte Constitucional destituyó al presidente Yoon Suk Yeol, acusándolo de violar el Estado de derecho con su intento de imponer la ley marcial hace cuatro meses. Con esta decisión histórica, el país se prepara para elecciones anticipadas en 60 días, mientras Yoon podría enfrentar cargos penales que incluyen abuso de poder y conspiración para incitar una insurrección.
El tribunal, conformado por ocho jueces, dictaminó de forma unánime que las acciones del mandatario atentaron contra la democracia, al intentar disolver el Legislativo y censurar a los medios de comunicación. “Sus actos traicionaron la confianza del pueblo y representan una violación grave de la ley”, expresó el presidente de la Corte, Moon Hyung Bae.
La destitución de Yoon ha desatado una ola de reacciones encontradas en la sociedad surcoreana. Mientras miles de opositores celebraron la decisión en las calles de Seúl, los seguidores del exmandatario manifestaron su indignación y dolor.
El futuro de Yoon: prisión o exilio político
El exmandatario, ahora sin inmunidad presidencial, enfrenta la posibilidad de ser procesado por los tribunales. En Corea del Sur, el delito de rebelión puede castigarse con cadena perpetua o incluso con la pena de muerte, aunque esta no se aplica desde 1997. Además, se espera que las autoridades lo investiguen por corrupción y por presuntos intentos de encubrir escándalos que involucran a su esposa.
Con el presidente interino Han Duck Soo al mando, el país se prepara para elecciones el 3 de junio. Las encuestas reflejan un empate entre el oficialismo y la oposición, aunque los analistas ven al líder opositor Lee Jae Myung con mayores probabilidades de ganar.
La polarización política es evidente: el fallo ha sido celebrado como una victoria de la democracia por algunos y como una maniobra política por otros. El gobierno interino ha desplegado un fuerte contingente de seguridad para evitar disturbios en el país.
Mientras tanto, Yoon sigue ocupando la residencia presidencial, a la espera de definir sus próximos movimientos en el tablero político y judicial.
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