El analista en seguridad y criminalidad, Daniel Pontón, advirtió que el debate presidencial dejó un gran vacío en la discusión sobre la crisis de inseguridad que atraviesa Ecuador. Según el experto, el país se ha convertido en el más violento del mundo, y las propuestas de los candidatos Daniel Noboa y Luisa González no ahondaron en soluciones concretas.
Tanto Noboa como González coincidieron en la necesidad de aplicar una “mano dura” contra el crimen organizado y el narcotráfico. Sin embargo, Pontón señaló que el término es ambiguo y que el verdadero desafío está en definir los alcances de estas medidas sin caer en excesos o vulneraciones a derechos fundamentales.
El analista también cuestionó la falta de un plan detallado para fortalecer a la Policía y las Fuerzas Armadas, así como la ausencia de una estrategia clara para el control de la justicia. “No es un problema de falta de leyes, sino de aplicación. Los jueces y fiscales están bajo amenaza constante y el crimen organizado sigue operando con total impunidad”, advirtió.
Uno de los puntos más críticos, según Pontón, es la falta de claridad sobre el financiamiento de las medidas de seguridad. “Hablamos de equipamiento, reformas y mayor despliegue de fuerzas, pero nadie ha dicho cuánto dinero se necesita y de dónde saldrá”, señaló.
Según datos del Banco Mundial, Ecuador requeriría al menos un 8% de su PIB para enfrentar la crisis de seguridad, una cifra que el país no está en condiciones de asumir. “Si se plantea reducir el IVA, por ejemplo, ¿cómo se va a compensar ese hueco fiscal?” cuestionó el analista.
Pontón también puso en duda la efectividad del discurso de “conflicto armado interno” que ha utilizado el gobierno de Noboa. Si bien reconoció que medidas como el control militar en las cárceles fueron acertadas, señaló que la narrativa de guerra se está quedando corta. “Los niveles de violencia siguen en aumento y la gente ya no percibe resultados tangibles. No basta con mostrar capturas en cadenas nacionales si la inseguridad sigue escalando”, apuntó.
El analista concluyó que Ecuador necesita una estrategia integral, con una visión a largo plazo que incluya justicia eficaz, financiamiento sostenible y una gestión de seguridad sin improvisaciones. “Mientras no haya claridad en estos puntos, la crisis de violencia seguirá fuera de control”, advirtió.
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