El reciente derrame de petróleo en Quinindé, Esmeraldas, ha dejado una crisis ambiental sin precedentes en la zona, según denunció el alcalde Ronald Moreno. La rotura del oleoducto transecuatoriano en el sector El Vergel, causada por un deslizamiento de tierra, ha contaminado al menos cinco ríos y dejado a cerca de 15.000 ciudadanos en condiciones críticas.
Moreno reveló que este no es un hecho aislado. En los últimos ocho años, Quinindé ha sufrido tres derrames de crudo, sin que hasta ahora se haya implementado un verdadero plan de contingencia. “Desde 2018 hemos tenido tres derrames significativos y no ha habido un plan de remediación ni compensación para las familias afectadas”, denunció. Además, subrayó que la infraestructura del oleoducto data de 1972, con 53 años de antigüedad, lo que lo hace más vulnerable en zonas de alto riesgo.
El derrame ha contaminado 32 kilómetros de tramos fluviales, afectando directamente a comunidades que dependen de estos cuerpos de agua para su sustento. “Los ríos son la vida misma de nuestras familias, y hoy están siendo matados por la contaminación”, lamentó el alcalde. La crisis ha dejado a más de 4.500 familias sin acceso a agua potable, ya que los pozos también han resultado afectados.
La emergencia sanitaria también es alarmante. Según datos municipales, de las 600 personas atendidas hasta el momento, el 75% presenta problemas respiratorios debido a la emisión de gases tóxicos, el 20% sufre afecciones en la piel y el 5% tiene complicaciones gastrointestinales. “En las noches, los gases no dejan respirar a la gente. Necesitamos brigadas médicas y medicinas de manera urgente”, exigió Moreno.
El alcalde criticó la “inacción” de instituciones como Petroecuador, el Ministerio de Agricultura y el Ministerio del Ambiente, que hasta ahora no han hecho un levantamiento de datos sobre las hectáreas de cultivos y la cantidad de animales afectados. “No hemos visto presencia de estas instituciones. La población está sola enfrentando esta crisis”, enfatizó.
Moreno hizo un llamado urgente al Gobierno Nacional para que intervenga con medidas concretas y ayude a las miles de familias afectadas. “No estamos pidiendo, estamos exigiendo que se atienda esta emergencia como lo que es: una tragedia humanitaria y ambiental”.
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