La huella ambiental de la digitalización

Mar 15, 2025

Por Luis Antonio Guijarro

Hace ya más de dos décadas el profesor holandés A. Hoekstra (fallecido en 2019) introdujo el concepto de “agua virtual” (también de “huella hídrica”) definiéndolo como el volumen total de agua dulce que se ha incorporado a un bien o servicio. Es un agua que esta “oculta” y que entonces se consume indirectamente, de ahí el nombre de virtual. Esta imbuida no solo en alimentos o bebidas; sino en actividades por ejemplo de limpieza, de lavado de ropa o en productos como por ejemplo prendas de vestir.

Para ilustrar: si adquirimos una camiseta de algodón de talla “M”, ésta en sí mismo no contiene agua, pero el proceso de su producción desde la plantación de la semilla de algodón hasta la fabricación de la tela, de los procesos de teñido y de la manufacturación de la camiseta mismo requieren casi 3.000 litros de agua. Un blue-jean tiene una huella hídrica de 11.000 litros de agua. Si estas prendas fueron fabricadas en otro país, contienen intrínsicamente un agua consumida en aquel país con el impacto que hizo en ese país.

Las últimas décadas la información digital ha sufrido un crecimiento vertiginoso, ligado no solo al desarrollo de computadoras, celulares, sensores, sistemas de transmisión, redes eléctricas, sino sobre todo al de los centros digitales de procesamiento de datos, o, centros de datos. En éstos se guardan, administran y reparten la información de miles de millones de usuarios. Este proceso es conocido internacionalmente como de digitalización y ha sido hasta no hace mucho tiempo considerado como un proceso relativo a la gestión de datos digitales y no como lo que es: una industria y como tal contaminante.

La enmarcación de la digitalización como proceso industrial obligó a la misma a focalizarse en la determinación de su huella de carbono como un índice relativo a la sostenibilidad relacionada a las ingentes cantidades de energía consumida en sus procesos, no obstante, la huella hídrica ha sido hasta ahora completamente ignorada y en algunos casos considerada tabú.

La huella hídrica de un centro de procesamiento de datos se compone del agua necesaria para la producción de los equipos, el agua necesaria para generación de energía eléctrica requerida para su funcionamiento y la requerida para el enfriamiento de los ambientes de manera que todos los servidores y otros equipos trabajen a una temperatura ambiente adecuada. Los consumos diarios típicos de un centro de digitalización promedio en EE.UU. dependiendo de su tamaño y operaciones se encuentran en un rango de 1 a 5 millones de litros de agua. En 2021 Google reportó un consumo de 15.000 millones de litros de agua en todo el mundo, en el 2022 el consumo de este gigante tecnológico se incrementó en 20%.

Aun cuando en la actualidad los centros de digitalización consumen menos agua comparada con por ejemplo la de la agricultura industrial (irrigación de cultivos o producción de alimentos), o la generación de energía termoeléctrica o nuclear o la metalúrgica o incluso la textil no es menos cierto que la Inteligencia Artificial (IA) ha incrementado notablemente el consumo de agua de estos centros sea para entrenamiento o por interacciones con usuarios. El entrenamiento es una fase previa en la que un modelo de IA, como ChatGPT GPT-3, aprende a generar respuestas de texto coherentes a partir de los millones de datos que dispone con la ayuda de miles de procesadores trabajando en paralelo generando un impacto ambiental significativo en término de emisiones de carbono y consumo de agua. La interacción con los usuarios está en sus albores, pero esta crece en forma geométrica con lo que los consumos e impactos se incrementarán de igual manera.

La cuantificación de cuánta agua ha sido usada o consumida directa o indirectamente dentro todo del ciclo de producción de cualquier bien, producto o proceso industrial es necesaria para entender y concientizar a la gente sobre el impacto ambiental que tiene en el mundo actual la cada vez mayor, e indiscriminada demanda de recursos y particularmente del agua incluso en procesos que uno piensa están libres agua como el uso del internet y la IA.



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