Año 1997, muchos apoyamos el derrocamiento del presidente Abdalá Bucaram, por motivos poco claros, si hablamos de legalidad. Se le declaró incapacidad mental sin respaldo médico, por el solo hecho de usar el sobrenombre de “loco”. El Congreso Nacional no permitió que se mantenga el orden de sucesión y Rosalía Arteaga, su vicepresidenta, no pudo posesionarse como Presidenta. Bucaram con orden de prisión. Rompimos el orden constitucional y convertimos a Ecuador en un país ingobernable.

Después, llegaron los derrocamientos de Jamil Mahuad por la crisis bancaria y la dolarización, posteriormente la de Lucio Gutiérrez por el tema de la “Pichi” Corte. Al menos en ese caso sí se respetó la Constitución y Gustavo Noboa Bejarano y el Dr. Alfredo Palacios, en su calidad de vicepresidentes, asumieron el poder. Tanto Mahuad como Gutiérrez tuvieron orden de prisión.

En este período, Noboa, también tuvo problemas judiciales.

Llegó el correísmo y tuvo que hacer una Constitución a su medida para mantenerse en el poder durante 10 años. Ellos creyeron que iban a perpetuarse en el poder, porque su delfín, Lenin Moreno, ganó las elecciones y el correísmo pensó que iban a seguir manejando el país a su antojo. Pero no fue así. Moreno optó por manejarlo de forma independiente a la organización política  que lo puso en el Palacio de Carondelet. Los que gobernaron estos 14 años, el expresidente Correa, el expresidente Jorge Glas y Moreno tienen causas legales en su contra. Correa vive prófugo de la justicia, Glas está recluido en la cárcel de Latacunga sentenciado por dos casos de corrupción y Moreno vive en Paraguay.
Llegó Guillermo Lasso a la Presidencia e iniciaron las persecuciones jurídicas y los problemas de ingobernabilidad que hasta tuvo que acudir a la muerte cruzada para tener algo de libertad para gobernar acorde a su criterio en apenas dos años.

Daniel Noboa, en año y medio, también tiene una oposición voraz que le genera grandes problemas y esto es hasta tal punto que entre sus propuestas de campaña está el convocar a una nueva Constituyente. 
A esto se ha llegado en Ecuador, o hago las leyes a mi manera o los de la vereda de enfrente no me dejan transitar.