Según expresó Walter Spurrier, la entrega del campo Sacha a PDVSA durante ‘la década robada’, fue nociva: a cambio de chatarra entregada por la petrolera venezolana, el país entregó el 30% de ‘la joya de la corona’.
Además, la finalidad de asociarse con PDVSA fue insólita: el impulso de una ‘estrategia integracionista entre Ecuador y Venezuela’. ¿Se contrata ‘para hacer ‘amiwis’ o buenos negocios para el país?¿Qué clase de justificación es la ‘integración’ [la espada que camina por América Latina] en un esquema de negocios, en el que prevalecen las condiciones de la negociación y no los afectos o desafectos?
Lo de fondo: ¿cuál fue la inversión de PDVSA? Un esquema Ponzi. ¿Qué es esto? Un fraude en el cual se paga la ‘inversión’ con el dinero ajeno. ¿Cómo lo hicieron? Simple. Crearon la compañía Río Napo con el 70% de participación de Petroecuador y el 30% PDVSA. Así cada uno asumía porcentualmente la obligación de la inversión estimada en 1.000 millones para aumentar la producción. La trampa: PDVSA entró a beneficiarse automáticamente del 30% de la producción existente de 45.000 barriles diarios de petróleo que era la producción en el 2010. A 100 dólares -precio a la fecha- los 13,500 barriles diarios correspondientes a PDVSA, le dieron los 1,350 millones de su inversión porcentual.
-Calla. ¿Y los 440 millones iniciales? -Calla tu. Se fueron en los aviones.
Otra justificación para ser ‘pana’ de PDVSA, era su supuesta experiencia en servicios a la industria petrolera. La mentira: la estatal petrolera no tenía ninguna experiencia en servicios. El bochornoso final: Super/cias. declaró inactiva a RIonapo por no presentar balances.
Pero el gobierno ecuatoriano nunca necesitó la supuesta inversión venezolana para aumentar la producción en 25,000 barriles diarios, pues nadaba en plata. Conclusión: el esquema Ponzi-rrea fue para regalar nuestros recursos a su ‘pana’. No contrató para favorecer los intereses del Ecuador, ni siquiera los de Venezuela, sino los de su ‘amiwi’ estratégico Chávez. Ahora se conoce el monto de la fortuna de su hija, lo que nos permite sacar la conclusión de ‘quién’ fue el real beneficiario de esta y otras negociaciones ‘ideológicas’.
Esquemas similares de negociación en la entrega de nuestro petróleo a Petrochina, la construcción de la refinería invisible y hasta en el contrato de otro ‘amiwi’ candidato, muestran que se sirvieron del país en beneficio personal. Su objetivo no fue el bienestar general.
¿Y se atreven a pretender gobernarlo nuevamente?
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