Política y realidad

Mar 8, 2025

Por Lolo Echeverría

La mayor perversión de los políticos y los gobernantes es poner las ideologías, los intereses y los caprichos personales por encima del bienestar de la sociedad. La defensa desmedida de objetivos partidistas o ideológicos ha conducido a la polarización y al fanatismo que han vuelto insolubles los problemas.

A nivel nacional vemos dos movimientos políticos que han logrado la adhesión de sus partidarios por miedo o por falsas esperanzas y cuyos líderes buscan, más que asegurar el destino del país, la destrucción del adversario. Ninguno garantiza en tales condiciones la implementación de un proyecto válido para todos.

A nivel global hemos visto dos bloques antagónicos que llevaron sus discrepancias hasta la guerra de Ucrania y nos conducían a la tercera guerra mundial. Para alivio de los extremos temores, parece que una política realista puede alejarnos de la hecatombe nuclear. Aceptar la realidad no significa que la demos por buena.

Donald Trump y Vladimir Putin, líderes de dos potencias irreconciliables, han decidido establecer condiciones aceptables para los dos bandos que permitan iniciar el camino hacia la paz. No todos los aliados de las potencias consideran aceptable la propuesta; algunos denuncian el acuerdo como una traición, otros como sumisión y otros el carácter transaccional de los términos, pero se aferran a las ideologías y los prejuicios.

En la geopolítica global, los líderes europeos que se sienten al margen del reparto de poder quieren salvar el honor continuando la guerra y para eso deben exigir a los ciudadanos una contribución adicional de 800 mil millones. China, más pragmática, observa y procura sacar provecho llenando los vacíos que dejan las potencias.

En nuestro pequeño mundo, la polarización extrema amenaza con paralización y los líderes beligerantes son cada día más extremistas y más caprichosos. La geopolítica global debiera hacernos pensar en las concesiones y las exigencias necesarias para hacer posible una reconciliación nacional.



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