El presidente Daniel Noboa dio un ultimátum hasta el 11 de marzo a las empresas que forman el consorcio encargado de la explotación del Campo Sacha, exigiendo la entrega de USD 1 500 millones. Sin embargo, Amodaimi (subsidiaria de la china Sinopec) y Petrolia (filial de la canadiense New Stratus Energy) no tienen ese dinero en Ecuador.

Ambas empresas tienen registrado un capital de USD 2 000 ante la Superintendencia de Compañías, una cifra considerablemente baja en comparación con la exigencia del gobierno. Ramiro Páez, gerente general de Petrolia, explicó en una entrevista con Televistazo el 6 de marzo que, como filial, el dinero es manejado directamente por su casa matriz en Canadá.

“No podemos quedarnos con el beneficio aquí. Los ingresos se reportan y se envían a la casa matriz. Nos quedamos con lo mínimo necesario para operar”, aseguró Páez, destacando que Petrolia no ha operado en el país en los últimos dos años y que las finanzas de la casa matriz en Canadá, New Stratus Energy, reportaron pérdidas cercanas a USD 7 millones de enero a septiembre de 2024.

¿Están garantizados los recursos?

A pesar de la complicada situación financiera de Petrolia, el gerente general defendió la solvencia del consorcio, asegurando que Sinopec, la empresa líder del consorcio, tiene una gran capacidad financiera, con una producción diaria superior a 1’400,000 barriles.

De los USD 1 500 millones exigidos, Petrolia debe aportar USD 600 millones, mientras que Amodaimi cubrirá el resto.

El plazo está cerca

El viceministro de Hidrocarburos, Guillermo Ferreira, dejó claro que si el dinero no es entregado antes del 11 de marzo a las 21:00, la negociación no continuará.

Esta versión resalta la tensión entre el gobierno y las empresas, destacando las cifras clave y las implicaciones del ultimátum presidencial de forma clara y directa.