El 8 de marzo es mucho más que una fecha en el calendario. A lo largo de 50 años, ha trascendido como un símbolo global de la lucha por los derechos de las mujeres. Aunque la ONU la institucionalizó en 1975 como el Día Internacional de la Mujer, sus raíces son mucho más profundas y están marcadas por décadas de protesta, sacrificio y valentía.

Para entender realmente el significado de este día, debemos viajar en el tiempo hasta finales del siglo XIX. En un contexto donde las mujeres no tenían derechos civiles, sociales, políticos ni educativos, y enfrentaban una esperanza de vida limitada por la violencia y el maltrato, el movimiento obrero comenzó a hacer escuchar la voz femenina.

En ese año, las estadounidenses Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott convocaron a la primera convención nacional por los derechos de las mujeres, exigiendo igualdad. Un grito que no solo pedía derechos, sino también justicia y oportunidades para todas, reseña BBC Mundo.

Pero no fue hasta 1908 cuando el grito de las mujeres alcanzó una escala masiva: 15,000 mujeres marcharon en Nueva York, exigiendo mejores condiciones laborales y el derecho al voto. En Europa, los movimientos comenzaron a ser igualmente fuertes, con mujeres luchando no solo por derechos políticos, sino también contra la guerra.

En 1910, la alemana Clara Zetkin planteó la idea de una jornada global para discutir los derechos de las mujeres, especialmente el sufragio femenino. Así nació el Día Internacional de la Mujer, celebrado por primera vez en 1911, con más de un millón de personas en las calles.

Pero el 8 de marzo como lo conocemos tiene una historia más dramática. En 1917, miles de mujeres rusas salieron a las calles exigiendo “pan y paz”, en el marco de las protestas contra la Primera Guerra Mundial. Esta movilización fue crucial para la caída del zar Nicolás II y el reconocimiento del derecho al voto para las mujeres en Rusia.

Sí, y muchas. A pesar de los avances, la situación de las mujeres sigue siendo crítica:

• Más mujeres viven en contextos de conflicto y crisis que en la década de 1990.
• Casi el 10% de las mujeres y niñas viven en pobreza extrema.
• 113 países nunca han tenido una mujer en la jefatura del Estado.
• 736 millones de mujeres han sufrido violencia física o sexual en algún momento de sus vidas.

Como bien dijo Malala Yousafzai, “No podemos triunfar si la mitad está siendo reprimida.” El 8 de marzo sigue siendo una fecha para alzar la voz, reclamar igualdad y no olvidar a todas las mujeres que aún luchan por sus derechos.