El panorama geopolítico global ha dado un giro inesperado con la aparente alineación de intereses entre Donald Trump y Vladimir Putin. Así lo analiza el internacionalista Esteban Santos López, quien advierte sobre el peligroso viraje de Estados Unidos hacia una política de “poder duro” que deja atrás décadas de alianzas estratégicas con Europa.
Durante su intervención en Contacto Directo, Santos López desglosó tres puntos clave que marcan esta nueva realidad. Primero, el quiebre de la histórica relación entre Estados Unidos y la Unión Europea, una alianza que garantizó la estabilidad del hemisferio occidental desde la Segunda Guerra Mundial. “Canadá, Francia, Alemania y el Reino Unido ahora sienten que Washington les ha dado la espalda”, explicó el experto.
El segundo punto es el viraje de Estados Unidos hacia un imperialismo más explícito. “Trump ya no esconde su intención de recuperar el canal de Panamá, insinuar la anexión de Groenlandia y desmantelar instituciones globales como el Consejo de Derechos Humanos de la ONU o el Acuerdo de París”, señaló Santos López, resaltando que el mandatario estadounidense apuesta por la imposición de intereses económicos sin preocuparse por principios democráticos.
El tercer aspecto es el efecto dominó que esta postura genera en Europa. Con Washington dando señales de desinterés en sostener a Ucrania en la guerra, los países europeos se ven forzados a acelerar su rearme militar. “Alemania y Japón han anunciado sus mayores presupuestos de defensa en décadas, lo que confirma una preocupante escalada armamentista”, advirtió el especialista.
Para Santos López, la situación con Ucrania es el ejemplo más claro de esta transformación. “Estados Unidos ya no envía más material bélico a Kiev y, en cambio, presiona a Volodímir Zelenski para que acepte una negociación con Rusia, incluso si eso implica ceder territorios y entregar la explotación de minerales raros a empresas estadounidenses”, afirmó.
Mientras tanto, Putin se fortalece. “La emboscada diplomática a Zelenski en la Casa Blanca fue un triunfo para Rusia. Con Trump del otro lado, Putin ha logrado lo impensable: fracturar Occidente sin disparar una bala”, concluyó Santos López.
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