Contra la fuerza de la naturaleza, tantas veces la respuesta del hombre resulta insuficiente. Ante la furia de la naturaleza, enojada por los maltratos que le ocasiona el hombre, la lucha es imposible. Frente a la fuerza y a la furia de la naturaleza, el hombre necesita entender que no puede ni debe seguir irrespetándola; que debe tenerla, conservarla y protegerla como su mejor e insustituible aliada; y, que, por tanto, la sana y excelente convivencia entrambos es lo ideal.
No se trata, ni siquiera por insinuación, de buscar y encontrar culpables. Es, más bien, directa reflexión para todos. Las autoridades nacionales, provinciales y locales, y también las propias poblaciones, cada una en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de preocuparse por el estado de sus entornos, de manera permanente darles el mantenimiento requerido, normar oportuna y adecuadamente el uso del suelo, y no ser contribuyente ni parte sustantiva en la creación y agravamiento de situaciones peligrosas.
Lo sucedido en Piñas, a consecuencia de un gigantesco aluvión que deja 3 víctimas mortales, centenares de familias afectadas, decenas de vehículos dañados, y decenas de casas destruidas y afectadas por el agua y el lodo, es invitación a gritos a adoptarse acciones urgentes, mediatas y a largo plazo. La pequeña ciudad de hace poco ha experimentado una explosión demográfica en los últimos años y, por consiguiente, se ha extendido exponencialmente. Son varias las quebradas a cielo abierto que tiene, pero alrededor de una decena han sido embauladas o embovedadas, y alrededor de ellas se encuentran urbanizaciones. Lo registrado no tiene antecedentes en su magnitud, pero constituye advertencia clara de lo que sucede si no se hace lo que la técnica recomienda.
Aun en medio del dolor y de la tragedia, destaca la preocupación gubernamental con la visita del presidente Noboa y varios ministros, ofreciendo ayuda inmediata y el compromiso de apoyar para superar la emergencia. La acción municipal 24/7, merece reconocimiento especial. La activación de la prefectura no se ha hecho esperar. El auxilio del Cuerpo de Bomberos local y de sus pares de otros cantones orenses es para el aplauso general. La cooperación de los pueblos vecinos conmueve. Los medios de comunicación de Piñas y del país en general han jugado un extraordinario rol. Más, nada tan trascendental y meritorio que la solidaridad, generosidad y bondad de la propia comunidad piñasiense, volcada, sin descanso, a ayudar de todas las formas a sus paisanos.
Hoy se requiere más, sin embargo, sobre todo desde las instancias del poder público para volver a la normalidad. El sector productivo (avícola, porcino, maicero, de ciclo corto, cacaotero, ganadero, de pequeña y mediana industria), necesita atención inmediata. Los gobiernos municipales de la región deben mancomunarse más para que sus territorios no se vean afectados por este tipo de eventos. Y el gobierno central, claro que sí, es fundamental, además de intervención y trabajo directo, debe entregar oportunamente los recursos para que se ejecuten las obras que no pueden esperar. “¡Piñas no está sola, somos su fuerza!”.
es una pena. pero. ya por favor. eliminar la causa del problema. en las laderas de los cerros. bajar todo el material de tierra lodo y más en todo el Ecuador hola hola has escuchado gracias bueno en todo el Ecuador principalmente cuando uno viaja a cuenca hay deslaves pero eso hace años entonces por favor con la maquinaria que tiene el gobierno más otra retroexcavadora y otras máquinas que incautaron a la gente que está en el en esto de la minería ilegal ahí están las máquinas y bajar de una vez por todas todo eso y ese material usarlo y rellenar en otras partes gracias por favor aquí evitamos muertes y problemas