Las autoridades israelíes han confirmado, tras análisis forenses, que los niños Ariel y Kfir Bibas fueron asesinados mientras estaban en cautiverio por el grupo terrorista Hamas. Según el vocero militar Daniel Hagari, los menores no murieron por impactos de bala, sino que fueron asesinados “con sus propias manos” por los milicianos.
Hagari afirmó que los estudios forenses respaldan información que ya manejaban los servicios de inteligencia de Israel y calificó este crimen como una muestra de la brutalidad ejercida contra civiles. “No los asesinaron con armas, los mataron con sus manos y luego intentaron encubrirlo”, aseguró el portavoz.
Intento de encubrimiento y pedido de justicia
El vocero militar denunció que Hamas intentó ocultar el crimen, manipulando la escena para desviar la atención sobre lo ocurrido. “Verificamos cada información con pruebas concretas y en este caso, los análisis han sido determinantes para esclarecer lo sucedido”, explicó.
La confirmación de la muerte de Ariel, de 10 meses, y Kfir, de 4 años, se produce tras semanas de incertidumbre en las que aún existía la esperanza de que fueran liberados junto con otros rehenes. Sin embargo, la evidencia ha desmontado esas expectativas.
El caso ha generado una fuerte condena en Israel y a nivel internacional. Ofri Bibas, familiar de los niños, expresó su dolor y exigió justicia. “Fueron secuestrados vivos de su casa y asesinados mientras estaban en cautiverio. No merecían este destino”, afirmó.
Llamado a la acción internacional
Mientras la familia Bibas sigue esperando respuestas sobre el paradero de Shiri Bibas, madre de los niños, el gobierno israelí insiste en que Hamas debe rendir cuentas. El primer ministro Benjamín Netanyahu ha acusado al grupo terrorista de violar los acuerdos de alto el fuego y de manipular la información sobre el destino de los rehenes.
En medio de la conmoción, las autoridades israelíes han reiterado su compromiso de continuar con la misión de recuperar a todos los rehenes secuestrados en Gaza y llevar a los responsables ante la justicia.
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