A la gran mayoría del mundo le ha fascinado el espacio exterior o lo que comúnmente se lo conoce como cielo, desde el mismo inicio de la humanidad. La astronomía tiene orígenes remotos en la historia y las estrellas era la guía que orientaba a los primeros viajeros, sean estos caravanas, navegantes o conquistadores, hasta incluso siglos recientes.
Muchos podemos recordar al astrónomo Carl Sagan que, a más de ser un destacado científico, escribió múltiples obras como: Otros mundos, La conexión cósmica, Un punto azul pálido; pero su faceta más conocida como divulgador científico fue su obra televisiva Cosmos, que despertó mucho interés por la ciencia y en particular por la astronomía.
De igual manera, el científico Isaac Asimov nos compartió sus múltiples novelas de ciencia ficción como la Trilogía de las fundaciones; centradas alrededor de un imperio galáctico donde combino: historia, matemáticas y sociología. También fue un interesado en la astrobiología y posibilidad de vida extraterrestre y lo que implicaba este tipo de eventos para la humanidad. Sus publicaciones múltiples permitieron que la ciencia fuese accesible y fascinante, estableciendo una huella perdurable qué acompañó a la divulgación científica.
Con más actualidad; el trabajo de Stephen Hawking toma como punto de partida la teoría de relatividad general de Albert Einstein, que, respaldada por conceptos increíblemente obvios, resulta en una única ley para el cosmos basada en sus ecuaciones del campo relativista. Hawking se preguntó ¿Dónde nace el tiempo y el espacio? Donde postuló con el físico matemático y Premio Nobel Roger Penrose el teorema de una singularidad: la del Big Bang.
Ha habido múltiples grandes investigadores del espacio profundo en el universo como Edwin Hubble, Por quién fue nombrado el telescopio espacial que descubrió que las galaxias se alejan de nosotros y que su velocidad es proporcional a su distancia, lo que proporciona evidencia de que el universo se está expandiendo. Este fue un hallazgo fundamental para el desarrollo de la teoría del Big Bang.
No podemos dejar a un lado los agujeros negros que supuestamente absorben todo lo que se les acerca como una aspiradora gigante, pero que Hawking postuló que no son totalmente negros porque pueden emitir radiación lo cual tiene implicaciones importantes para la termodinámica y la comprensión del universo.
El universo que conocemos está organizado en múltiples escalas, desde planetas como el sistema solar y estrellas hasta galaxias y cúmulos de galaxias donde las galaxias qué son la unidad fundamental del universo observable. Los cúmulos pueden contener hasta miles de galaxias y están rodeados de materia oscura.
La composición del universo en materia normal, como la conocemos en la tierra, está dominada por el hidrógeno y el helio producidos a partir del Big Bang. Los 90 elementos químicos restantes se producen en las estrellas y constituyen apenas un pequeño porcentaje de la masa total y su concentración constituye un tema de intrigante estudio en la astronomía que ha permitido concluir que varía según la historia de formación de las estrellas en cada región.
En nuestro vecindario la composición del sol y de los planetas es, a más de hidrógeno y helio, el oxígeno, carbón, hierro, neón, nitrógeno, azufre, silicio y magnesio principalmente.
Tenemos la materia oscura que representa alrededor del 27% del universo, aunque no emite ni luz ni radiación detectable, pero su presencia se establece a través de sus efectos gravitacionales sobre la materia visible y constituye el elemento crucial en la formación de estructuras en el universo.
Finalmente, la energía oscura constituye aproximadamente el 68% del universo y es responsable de la aceleración de la expansión del universo y se considera aún el mayor misterio para los investigadores en la cosmología. Ellos tratan de comprender la naturaleza tanto de la materia como de la energía oscura y la evolución del universo con sus complejidades. Es un tema que debe fascinar y continuará fascinando a eternas calendas a los seres humanos.
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