Ausentes, blancos y nulos

Feb 20, 2025

Por Anabelle Chacón

Los ausentes, blancos y nulos, son los que deciden una elección en segunda vuelta, puesto que el nicho de votantes que tienen los dos candidatos finalistas se mantendrán ya que representan dos tendencias antagonistas que se han vuelto irreconciliables y, difícilmente, van a cambiar su voto.

Considerando que los dos finalistas obtuvieron: Noboa 4,527,404 y L. González 4,507,658; y que, si se suman la cantidad de votos entre están tres opciones (ausentes, blancos y nulos) se obtiene que dan 3,477,016 votos, mucho más que lo que obtuvieron Iza y A. González, quienes quedaron en tercero y cuarto lugar, respectivamente.

Por otro lado, comparando las cifras de la segunda vuelta del 2023 con las de la primera vuelta del 2025, se tiene que el ausentismo se incrementó de un 17.06% a un 17.97%; lo que representa una diferencia de 241,681 votos.  Los votos en blanco también se incrementaron de un 2,04% a un 2.16% que significa 23,024 votos.  De igual forma, los nulos también se incrementaron, aunque un porcentaje muy pequeño, pasando de un 6.77% a un 6.80% que son 33,456 votos.

Si bien las tres opciones tienden a repuntar respecto a la elección inmediata anterior, las cifras históricas indican que, en las segundas vueltas, tienden a disminuir; lo cual significaría que estos votos son los que determinan al ganador.  Si se considera que la diferencia entre Noboa y L. González fue apenas de 19,746 votos, comparados con los más de 3 millones que suman ausentes, blancos y nulos, representan solamente el 0.57% de los mismos. Incluso esos 3,477,016 (entre ausentes, blancos y nulos) es mucho más que el 1,220,116 de votos que obtuvieron los otros 14 candidatos.

Por lo tanto, los candidatos deben atraer a estos votantes; leyendo el significado de cada una de estas categorías.  El ausente, ¿por qué no va votar? Porque ya no le importa o no cree en la política.  Quien vota blanco, prefiere librarse de responsabilidad y dejar que otros decidan.  El que vota nulo, definitivamente está en contra del sistema.

Quien quiera ganar la presidencia deberá entonces dirigirse a este sector de la población que, en definitiva, por una u otra razón está decepcionado del sistema político del Ecuador y, por lo tanto, de los candidatos y a ellos son los que hay que convencer de que cambien de opinión y voten a favor suyo.



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