La semana pasada hablábamos de los ganadores de las elecciones de febrero, como el oficialismo, que obtuvo el primer lugar, seguido del correísmo, que por primera vez desde el 2006, no obtuvo encabezó las elecciones presidenciales. ¿Hubo un tercer ganador?
Muchos sostienen que Leonidas Iza, de Pachakutik, quien se ubicó en tercer lugar en la primera vuelta de los comicios nacionales, ha sido el tercer ganador, pero discrepo. No ganó en ninguna provincia del país, ni siquiera consiguió el segundo lugar en aquellas regiones con población indígena importante como Pichincha, Chimborazo, Cotopaxi, Imbabura y Morona Santiago.
La población indígena del país, según el último censo, bordea el 8%, las tres cuartas partes tienen edad para sufragar, es decir, el 6%. Iza apenas obtuvo el 5.25% de la votación total, eso significa que ni siquiera todos los miembros de su comunidad confiaron en sus propuestas.
En Guayas, la provincia de mayor población, Iza no llegó ni al 1% de votos. La derrota es más evidente aún si tomamos en cuenta que, en 2021, Yaku Pérez, de Pachakutik, consiguió más del 19% de votos. Iza no logró cosechar la tercera parte de Pérez, por eso considero que es el primer GRAN perdedor de las elecciones presidenciales y esto se refleja en el minoritario grupo de asambleístas que arrastró su candidatura, apenas nueve en total.
Sin duda alguna hay otros tres grandes perdedores: empiezo por la Izquierda Democrática que está viviendo sus últimos días, carece de liderazgo y caudillos. Su último gran líder fue el general Paco Moncayo, íntegro, fiel a sus principios. Lo de Xavier Hervas, su candidato presidencial en 2021 fue un espejismo para el partido, nunca aprovechó su votación debido a la tibieza de la postura política asumida en estos cuatro años. Además, están divididos y con una facción de mira bien a la Revolución Ciudadana.
Construye, el movimiento que empezó como Ruptura 25, es otro de los grandes derrotados en estas elecciones nacionales. Pasó de tener un bloque legislativo de 29 curules hace casi dos años a tener una sola representación en la Asamblea. Las razones son: su postura ambigua en el poder Legislativo les pasó factura de alto valor que difícilmente podrán pagar en corto o mediano plazo, pese a que tuvieron un candidato con un gran recorrido y experiencia en la Administración Pública como Henry Cucalón. Construye no definió su postura en este período parlamentario, pero quiso posesionarse como la tercera fuerza política y eso le dejó casi en último lugar. A veces fueron parte del Gobierno y otras veces votaron con el correísmo. La conclusión es que consiguieron una curul y una votación presidencial de apenas el 0,36%.
Y, por el último, el Partido Social Cristiano (PSC) es otro gran derrotado. Desde que volvimos a la democracia en 1979, era el único partido político que siempre tuvo un bloque importante en la Asamblea o en el Congreso. Hoy tendrá cinco representantes en el primer poder del Estado. El PSC es otra organización que paga las consecuencias de sus acciones, porque su líder histórico, Jaime Nebot, no ha tenido en el último lustro una postura política firme y definida. Inclusive muchos creemos que el exalcalde Nebot ha estado cerca del expresidente y prófugo de la justicia Rafael Correa. Esa relación nunca fue ni admitida ni desmentida. El PSC prefirió una oposición ciega a Lasso y Noboa antes que aceptar su cercanía con la Revolución Ciudadana.
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