Ecuador alcanzó en 2024 su mayor superávit comercial de exportaciones no petroleras y no mineras desde la dolarización, con un saldo positivo de $6.678 millones, según la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor). Este hito refleja un crecimiento del 16% en las ventas al exterior, que totalizaron $21.745 millones, superando ampliamente los $18.792 millones registrados en 2023.
El sector agrícola y agroindustrial lideró el boom exportador, representando el 47% del total. El cacao fue la estrella, impulsado por precios extraordinarios, mientras que el sector camaronero sufrió una fuerte desaceleración debido a la menor demanda en China.
A pesar de la caída en el camarón, la industria atunera logró equilibrar el sector pesquero. En tanto, las exportaciones manufactureras crecieron con presencia en Latinoamérica, aunque Fedexpor advierte que Ecuador necesita diversificar sus mercados.
¿Quién compra más a Ecuador?
La Unión Europea se consolidó como el principal destino de los productos ecuatorianos con $5.513 millones en exportaciones, un crecimiento del 38% gracias al acuerdo comercial firmado en 2017. Estados Unidos ocupó el segundo lugar con $4.584 millones, aunque Fedexpor lamenta que Ecuador aún pague aranceles en ese mercado, lo que le costó al país $285 millones en 2024.
China, en cambio, cayó al tercer puesto con $3.731 millones en importaciones desde Ecuador, registrando una baja del 14%.
A pesar del récord, Fedexpor proyecta un crecimiento más moderado de entre 4% y 5% para 2025, debido a una posible caída en los precios del cacao, que en 2024 se vendió por más del doble de su valor habitual.
El reto ahora es mantener el impulso y abrir nuevos mercados para evitar depender de precios volátiles y crisis en los socios comerciales.
Si bien las cifras son significativas, el beneficio no se distribuye equitativamente, ya que:
Los grandes exportadores capturan la mayor parte de las ganancias.
Los pequeños productores y trabajadores agrícolas reciben una parte reducida del beneficio total.
Sectores como el camarón sufrieron una caída, lo que afectó a miles de trabajadores y pequeñas empresas.
En resumen, aunque el récord de exportaciones no petroleras y no mineras es un hito positivo para la economía ecuatoriana, el reto sigue siendo lograr que estos beneficios se reflejen en mejores ingresos y condiciones laborales para la mayor parte de la población.