Gane quien gane (parte 1)

Feb 16, 2025

Por Oswaldo García

En un mundo marcado por el cambio climático, la desigualdad social y la inestabilidad económica, es imperativo reflexionar sobre nuestro papel como sociedad en la construcción de un futuro sostenible. Este desafío no solo abarca cuestiones ambientales, sino que también involucra la complejidad del desarrollo social y económico de manera equilibrada y justa.
Es fundamental que tanto el sector público como el privado adopten medidas efectivas que fomenten el uso responsable de los recursos así como políticas inclusivas que reduzcan la brecha social y promuevan la generación de riqueza.

Es fundamental que tanto el sector público como el privado implementen medidas efectivas que fomenten el uso responsable de los recursos naturales y establezcan políticas inclusivas que reduzcan la brecha social, promoviendo al mismo tiempo el crecimiento económico. Sin embargo, uno de los principales obstáculos es la falta de compromiso real por parte de ciertos sectores políticos. Aunque se habla de transición ecológica y responsabilidad social, en muchas ocasiones estos conceptos quedan relegados a discursos vacíos sin acciones concretas.

Independientemente del resultado del presente proceso electoral, el próximo gobierno deberá ejecutar planes y programas que encaminen al país hacia la sostenibilidad. En las semanas previas a la segunda vuelta, es crucial que los candidatos finalistas expongan con claridad su postura respecto a temas estratégicos para el presente y futuro del país. Este y futuros artículos abordarán dichas problemáticas con el objetivo de evidenciar dificultades subyacentes que deben ser investigadas, que requieren definición y decisión política.

El uso eficiente de la energía es un primer reto evidente. Para ello, es necesario ejecutar de manera efectiva el programa nacional de eficiencia energética y garantizar su financiamiento. Las políticas deben ir más allá del ahorro convencional en iluminación y climatización, promoviendo también la movilidad eficiente e incentivando a la industria a cumplir con los estándares requeridos.

El impulso de las energías renovables debe trascender el discurso y materializarse en acciones concretas. Para ello, se debe facilitar la inversión privada, fomentar un mercado mayorista de generación eléctrica, eliminar trabas en la distribución y promover proyectos de generación distribuida. Es imperativo consolidar un sector competitivo en el que la participación privada sea valorada y no obstaculizada. Además, se debe avanzar en aspectos normativos que fomenten la inversión en nuevas fuentes de energía, como la nuclear. Considerando las diversas aplicaciones de la energía atómica y su importancia estratégica para el desarrollo del país es clave definir una estructura institucional acorde

Otro aspecto clave es el adecuado funcionamiento del sistema nacional interconectado, lo que requiere inversión en mantenimiento preventivo. Así mismo, es fundamental fortalecer la interconexión con países vecinos y renegociar los acuerdos de compra-venta de energía para salvaguardar los intereses del Estado. Se deberían utilizar los sistemas de inteligencia del país para investigar quiénes han sido los grandes beneficiarios de la compra-venta de energía a precios que han excedido los precios del mercado y han afectado el interés público. Además, las empresas contratadas bajo régimen de emergencia que no han cumplido con los plazos estipulados deben enfrentar las sanciones correspondientes de manera oportuna.

Sea cual sea el resultado electoral, Gane quien Gane, los ciudadanos debemos permanecer vigilantes y exigir acciones concretas que beneficien a nuestra nación. La sostenibilidad no puede quedar relegada a un discurso político; debe convertirse en una prioridad nacional con políticas claras, financiamiento adecuado y una ejecución efectiva que garantice el bienestar de las futuras generaciones.



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