¿Por qué fallan las encuestas?

Feb 13, 2025

Por Anabelle Chacón

Una vez más las encuestas fracasaron pues daban como ganador a Daniel Noboa sobre Luisa González.  Considerando los números presentados por cuatro encuestadoras: IPSOS, Cedatos, Informe Confidencial y Comunicaliza, en promedio, Noboa ganaba con 47.85% sobre González que alcanzaba un 35.23%; es decir una diferencia de 12.62%, bastante considerable para una primera vuelta.

Por otro lado, las encuestas a boca de urna, también fallaron. Los resultados presentados, inmediatamente después de que se cerró la votación, por Exit Poll Diego Tello, ex funcionario del CNE, daba a Noboa como ganador con un 50.1% y seguido de González con un 42.2%, lo que significa una diferencia del 7.9%.

La realidad fue otra.  La página del CNE, al 12 de febrero 21:07 horas, muestra que Noboa alcanzó un 44.16% y González 43.99%; es decir, una diferencia de apenas 0.17% que representa 17,898 votos.

Pero, ¿por qué se da esta diferencia entre el cálculo y los resultados? Pues bien, estadísticamente, para que a partir de una muestra se pueda inferir un resultado para la población, debe ser representativa.  No se trata simplemente de que porque se tiene más encuestados va a ser mejor. 

Por ejemplo, si la muestra fuese de 5,000 personas, de nada sirve si se los ubica en una sola ciudad; sería diferente si esos 5,000 son de diferentes provincias, regiones, género, edad, si son del sector urbano o rural.  Estas características deberían estar reflejadas en la misma proporción de la distribución de la población, en la muestra.

Además de la muestra y la técnica usada, la ficha técnica también debería incluir el grado de confiabilidad y el error con el que se hicieron los cálculos.  Aunque los más frecuentes son: para la confiabilidad 95% y para el error un 5%, en casos como el de elecciones debería disminuirse el margen de error y aumentar la confiabilidad, ya que las cifras históricas indican que han existido empates técnicos.

Otro factor adicional es que no hubo acceso a la información por parte del CNE ya que su página no funcionaba durante el conteo.  Lo cual impide contrastar resultados y genera desconfianza en el manejo de la información, con lo cual se completa la cereza del pastel porque los ciudadanos estamos desinformados tanto por las encuestadoras como por el CNE.



1 Comentario

  1. Me parece que el “gran misterio” se halla en lo que señala su último párrafo.



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