Nuestros vecinos peruanos, de vez en cuando suelen recordar “La patadita” del “Caballo Loco” García. Fue en una marcha de la oposición, allá por el año 2004, cuando Alan “Caballo Loco” García Pérez, expresidente, buscaba su segunda presidencia -que de hecho lo consiguió-, y pudo limpiar su camino con una patada a uno de los manifestantes que se interponía en la marcha. Lo increíble fue que “Caballo Loco” García pidió disculpas e invitó a desayunar al pateado. Esta patadita da a entender que el expresidente peruano tenía un trastorno mental denominado megalomanía, un delirio de grandeza exacerbado que lo tenían algunos personajes de la historia. De esto, encabeza una larga lista el emperador Calígula, luego vendrían Napoleón, Hitler, Mussolini…
Etimológicamente hemos de entender que la megalomanía es un trastorno psicológico caracterizado por un complejo de superioridad, de poder, de omnipotencia, de posesión de una autoestima que sobrepasa el ciento cincuenta por ciento. Pues este trastorno mental pega muy bien en ciertos ámbitos como el militar, el político, el burocrático, ya que tiene como punto de partida la vanidad personal, lo que conduce a creerse un semidiós, un ente que puede traspasar lo humano hacia lo divino, ya que supone, o está seguro, que tiene un poder ilimitado. Pues así es el megalómano, señoras y señores.
Por estas tierras equinocciales, los megalómanos tienen al “yo” como primera palabra de su monólogo; y, al igual que los megalómanos de otras latitudes, estos necesitan –frenéticamente- ser alabados, admirados, reconocidos, adulados. Y para estas ofrendas de doble filo, están listos y dispuestos los esbirros, aquellos personajes detestables que nunca faltan en todo gremio, en todo círculo, en todo grupo social. Y son estos los que alimentan el ego y suben los humos del megalómano con su loa “usted es lo máximo”.
No vamos a caer en la tesis de que todos los megalómanos han tenido un desenlace fatal, pero coinciden las muertes extrañas con estos extraños personajes: Calígula murió asesinado por sus propios conspiradores, Napoleón murió solo, triste y abandonado; Hitler se suicidó, a sabiendas de que su guerra estaba perdida; y, en esos mismos días, Mussolini fue fusilado y colgado junto a su amante en un pequeño pueblo al norte de Italia. Y por acá, por tierras andinas, el “Caballo Loco” García se suicidó antes de su captura… Dime cómo gobernaste y te diré cómo vas a morir.
¿Hay, o hubo, megalómanos en Ecuador? Aquí dejamos al conocimiento de la historia y a la conciencia de cada ecuatoriano, dado que no hace falta mezclar a megalómanos criollos con otros de otras latitudes. Sin embargo, vamos a especular de que un “Caballo Loco” García, peruano, puede clonarse en un expresidente que podría regresar en mayo a patear a troche y moche, porque así lo determina la contundencia de la venganza.
Vaya en los aprietos que nos ponen nuestros ñaños de la Costa. Uuuuy.
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