Edwin, un joven ecuatoriano que soñaba con llegar a Estados Unidos, regresó al país deportado y endeudado. Tras partir de Ecuador en agosto de 2024, atravesó la peligrosa selva del Darién y llegó a México en septiembre, donde trabajó mientras esperaba su cita de asilo programada para el 27 de enero de 2025. Sin embargo, con la asunción de Donald Trump el 20 de enero, todas las citas fueron suspendidas, lo que llevó a Edwin a retornar voluntariamente después de siete meses en México. A su llegada al aeropuerto José Joaquín de Olmedo en Guayaquil, fue recibido por su familia, pero expresó su preocupación por las deudas acumuladas durante su fallido intento migratorio.
Este vuelo, que arribó el 6 de febrero de 2025, es parte de las deportaciones que Estados Unidos ha intensificado recientemente. La Cancillería ecuatoriana informó que estos vuelos de deportación programados llegan dos veces por semana desde hace más de una década.
El Gobierno ecuatoriano ha implementado medidas para apoyar a los migrantes retornados, incluyendo una transferencia de $470 mensuales durante tres meses, asistencia integral y programas de capacitación y becas para facilitar su reintegración.
A pesar de estos esfuerzos, muchos deportados enfrentan desafíos significativos al regresar, incluyendo deudas considerables y la dificultad de reintegrarse en la sociedad ecuatoriana. Las autoridades continúan trabajando en estrategias para brindarles el apoyo necesario en este proceso.
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