El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, reafirmó este miércoles el compromiso de Washington con Israel, asegurando al primer ministro Benjamín Netanyahu que la entrega de municiones continuará para ayudar a combatir a “enemigos radicales”.

Durante su encuentro en el Pentágono, Hegseth destacó que el suministro de armamento ha incluido municiones que no se enviaban previamente, reforzando la capacidad militar israelí en el marco de su ofensiva en la Franja de Gaza.

A finales de enero, el presidente Donald Trump ordenó el descongelamiento de un cargamento de bombas que la administración de Joe Biden había bloqueado en 2024 para evitar su uso en áreas densamente pobladas como Rafah, al sur de Gaza. Aunque Biden respaldó la ofensiva israelí, su gobierno detuvo el envío de cierto armamento por preocupaciones humanitarias.

Hegseth subrayó que, con la nueva administración republicana, el Departamento de Defensa busca “revivir el espíritu guerrero, reconstruir el Ejército de Estados Unidos y fortalecer la disuasión”, en una clara señal de apoyo a Israel.

Israel y su postura en la escena internacional

El encuentro entre Netanyahu y Hegseth se produjo en un contexto de crecientes tensiones diplomáticas. Israel anunció recientemente su retiro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, acusándolo de promover el antisemitismo.

Por otro lado, Netanyahu insistió en que la ofensiva militar israelí no solo protege a su país, sino también a Estados Unidos. “Nuestra victoria es su victoria”, afirmó el primer ministro, asegurando que los avances bélicos de Israel traerán “seguridad y paz”.

Polémica sobre la Franja de Gaza

Mientras tanto, la propuesta de Trump de que Estados Unidos “tome” el control de Gaza y reubique a sus habitantes ha sido rechazada tanto por aliados como por adversarios. Países como Egipto, Jordania y Arabia Saudita han reiterado su apoyo a una solución de dos estados y rechazaron cualquier intento de desplazamiento forzado de la población palestina.

A medida que las tensiones persisten, el apoyo militar estadounidense a Israel continúa marcando la política exterior de Washington, en medio de una región con crecientes desafíos geopolíticos.