El Gallo del Municipio

Feb 5, 2025

Por Carolina Moreno

El Concejo Metropolitano de Quito está conformado por 21 concejales y el alcalde. En teoría, deberían trabajar de manera conjunta por el bienestar de la ciudad; sin embargo, en la práctica, esto no está ocurriendo.

Los concejales tienen, entre sus principales competencias, la fiscalización y la expedición de normativa para el Distrito Metropolitano de Quito. No obstante, en la actualidad, ocho de los 21 concejales enfrentan serias dificultades para ser escuchados y lograr que sus solicitudes sean atendidas, debido a que el bloque mayoritario AntiQuito, impide su participación efectiva en la toma de decisiones.

En reiteradas ocasiones, se ha solicitado la comparecencia de diversas autoridades ante el Concejo Metropolitano para que rindan cuentas y respondan preguntas directas. Sin embargo, el Ejecutivo, respaldado por su bloque de mayoría, ha bloqueado estos pedidos, evitando que los servidores públicos comparezcan ante el órgano fiscalizador.

Ejemplo de ello han sido propuestas como la discusión sobre la organización de las Fiestas de Quito, evento que para 2024 contó con un presupuesto de 2,8 millones de dólares; la asistencia del Secretario de Cultura al Concejo Metropolitano; el reconocimiento como Huésped Ilustre a Edmundo González; y, más recientemente, la solicitud de comparecencia del Director de Radio Municipal. Todas estas iniciativas han sido bloqueadas sistemáticamente.

La falta de transparencia es evidente: los funcionarios directivos solo rinden cuentas a su superior inmediato y actúan sin supervisión efectiva. Esta situación, claramente validada por el Ejecutivo, permite que el bloque mayoritario permanezca firme en su posición, impidiendo cualquier intento de control y fiscalización sobre instituciones que manejan recursos públicos.

En vista de estos obstáculos, los ocho concejales que exigen rendición de cuentas han recurrido a la Contraloría para presentar sus denuncias. Este fue el caso de la solicitud para que el Secretario de Cultura comparezca ante el Concejo Metropolitano, un proceso que solo avanzó tras la presión ejercida. Sin embargo, este mecanismo, aunque legítimo, no es el más eficiente, pues implica largos tiempos de respuesta, lo que permite que la gestión municipal continúe sin transparencia mientras los pésimos servicios entierran a Quito.

El pasado 4 de febrero nos enteramos que no existe contrato para el mantenimiento del Metro de Quito, los mismos ocho concejales han solicitado al Alcalde se convoque a sesión extraordinaria urgente; tampoco creo que él les haga caso, porque es el más Gallo del Municipio y no rinde cuentas a nadie. Mientras la ciudad se maneja como en el viejo Oeste, deseo que no tengamos que sufrir alguna nueva desgracia a manos del bloque AntiQuito.



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