Son las niñas y las adolescentes quienes son las víctimas prevalentes de violación, trata de personas con fines de explotación sexual, matrimonio o unión de hecho servil, incesto y prostitución forzada. Víctimas prevalentes de una sociedad que las somete una y mil veces más al escarnio, el sufrimiento físico, la estigmatización, el empobrecimiento, la reiteración del abuso, la revictimización y las violencias
La investigación de María Fernanda Almeida y Gabriela Verdezoto Landívar, realizado por medio de la Beca Zarelia- Poder Elegir, impulsada por Fundación El Churo, Festival Zarelia, Wambra Medio Comunitario, con el apoyo del proyecto Poder Elegir de Oxfam en Latinoamérica y Asuntos Mundiales Canadá, revela entre otros datos importantísimos que en la “Amazonía ecuatoriana, cada dos días una niña da a luz. Una niña entre 10 y 14 años es mamá cada dos días. Cada dos días. Niñas madres. El embarazo viene con violencia física, sexual, emocional”.
En las seis provincias de la Amazonía ecuatoriana, entre enero de 2020 y agosto de 2024, según el estudio, “se cuentan 2.651 denuncias por violación a niñas hasta los 14 años. Morona Santiago es la provincia con mayor número de denuncias por violación a niñas entre 0 y 14 años con 937 registros. Le sigue Sucumbíos con 522 y Pastaza con 336 denuncias. En Morona Santiago solo 14 causas tuvieron sentencia condenatoria. De acuerdo con la Red de Mujeres Amazónicas, 79 de cada 100 mujeres amazónicas son víctimas de violencia de género. Rosa Awananch, secretaria técnica del Consejo Cantonal de Protección de Derechos del cantón Morona, asegura que la violencia sexual en las comunidades es muy común, al igual que las uniones a temprana edad, incluso con los mismos violadores”.
La violación sexual es la conducta que rompe, en miles de fragmentos, la integridad y el proyecto de vida de las mujeres, pero cuya crueldad es indecible en la vida de niñas y adolescentes.
De otra parte, en un esfuerzo enorme como señalan las autoras, el 23 de enero de 2024, “la Asamblea Nacional aprobó la reforma a “Ley Amazónica”; propuesta por la Red de Mujeres Amazónicas. Auxilio Vera, representante de las Mujeres Amazónicas, con un pañuelo azul en el cuello, recordó ―en una intervención por zoom debido a que no tiene el dinero para movilizarse y era la cuarta vez que Auxilio tuvo que comparecer ante el Pleno―que uno de los principales cambios a la ley es la adjudicación del 5% de las regalías que dejan las industrias extractivas y el 5% de las rentas petroleras para realizar proyectos y políticas de prevención, atención, protección y reparación a las víctimas de violencia de género.
La Ley se aprobó ese mismo martes 23 de enero y se publicó en el Registro Oficial el lunes 30 de enero”.
“Desde febrero de 2024, entre los diez primeros días de cada mes, llega a las cuentas de los gobiernos provinciales, municipales y parroquiales un valor de las rentas petroleras principalmente, que debe ser utilizado específicamente para proyectos con enfoque de género. Reciben recursos para dar atención a víctimas de violencia sexual, capacitación para las mujeres e infantes sobre sus derechos sexuales y reproductivos y acciones de prevención de violencias”.
Lo urgente, para la Red de Mujeres Amazónicas, es hacer la casa de acogida en Morona Santiago. La provincia que tiene la mayor cantidad de niñas madres. Auxilio dice que, el valor de la construcción es de tres millones de dólares que “el ministerio de Finanzas ya debe haber puesto en el gobierno provincial, porque esa es la institución que va a ejecutar la obra”. Auxilio calcula que existe, ya acumulado desde febrero a octubre de 2024, alrededor de 10 millones de dólares en recursos para proyectos prevención y atención de violencia de género en la Amazonía.Sin embargo, todavía, no pasa nada. A octubre de 2024 no se ha desarrollado un solo proyecto”. La la indolencia de los GAD Amazónicos revictimiza. La Ley Amazónica que ustedes, 49 gobiernos seccionales de la Amazonía, deben garantizar tiene como una finalidad la protección de los derechos, con prioridad los de las niñas y mujeres adolescentes. Cualquier otra narrativa que se desentiende de las víctimas y sobrevivientes de violencia sexual en nuestro país no tiene lugar.
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