Jaime cedillo, en el combate

Ene 27, 2025

Por Simón Zavala

El periodismo de nuestro país, desde el insigne Eugenio Espejo, es parte significativa de lo mejor de la historia de nuestro país desde el tiempo de la Colonia hasta estos momentos. Quizás, lo hemos podido visualizar, sentir y catalogar actualmente, porque en estos últimos veinte años, el Ecuador ha vivido quizás la etapa de la mayor y más cínica corrupción de su historia. Corrupción ha existido siempre, – sin que ésta afirmación sea justificación de ninguna naturaleza – pero ésta que hemos vivido y seguimos viviendo porque el hampa política ha corroído todas las funciones del Estado, exponencialmente es la más grande, turbia y asquerosa que podíamos imaginar. Hampa política que asesinó al periodista Fernando Villavicencio, héroe del periodismo de nuestro país y que ha asesinado y sigue asesinando ecuatorianos de toda condición social por no dejarse corromper o por vendetas propias de sus ajustes de cuentas..

Jaime Cedillo Feijó, es un periodista nacido en Cuenca, graduado en la Escuela de Comunicación de la Facultad de Filosofía de la Universidad de esa ciudad, condecorado por el Congreso Nacional por su gran aporte al debate de la problemática nacional; por el Ministerio del Trabajo con la medalla “Al Mérito Laboral” por su responsabilidad en el desempeño laboral;  por el Ministerio de Turismo por  su “trabajo profesional periodístico”; por la Unión Nacional de Periodistas con el reconocimiento al “Mérito Profesional” por haberse destacado en su ejercicio profesional; y,  por la Editorial del Centro de Estudios Sociales para América Latina con el Premio “Guacamaya” en la categoría Medios de Comunicación, por su aporte escrito, radial y televisivo en la tarea de difusión y análisis comunicacional de hechos relevantes del convivir social.  Un periodista profesional a carta cabal.

Pero la mejor condecoración que ha recibido, ha sido el reconocimiento diario y permanente de la de la ciudadanía del Ecuador y, especialmente de la del Austro ecuatoriano, por su valentía, por su coraje, por su labor tenaz de investigación, por su elevado pensamiento, por su gran calidad humana, por su sensibilidad social y por su denodada lucha contra la corrupción y los corruptos de nuestro país. Su Revista “El Observador” y su Programa radial televisivo  han sido siempre muy bien recibidos por la opinión pública y una gran audiencia social que escucha y observa con notoria avidez lo que este gran periodista trasmite y por la calidad de todas sus producciones.

Por cierto, que este combate contra los corruptos le ha valido amenazas de todo tipo contra él y su familia, atentados contra su integridad personal, persecución permanente, desacreditaciones, agravios y perjuicios económicos. Enfrentó un juicio propuesto por el famoso “corcho” Cordero, por supuestas injurias, valoradas por él en quinientos mil dólares; (ese “corcho” que junto a sesenta alzamanos y por orden del prófugo de Bélgica entregó miserablemente 188 millas de nuestro mar territorial a los industriales de la depredación de océanos y mares, la CONVEMAR); y otro juicio planteado por Caupolicán Ochoa, Abogado del mismo prófugo, por compartir en su block el tema “La ruta criminal del oro ecuatoriano”. Juicios penales que fueron desechados por jueces honestos. Desgraciadamente, en sociedades corruptas como la que vivimos, el ser honesto, capaz, inteligente, combativo para el bien, profesional responsable, buen padre de familia, inclaudicable, educador con su actividad diaria y ejemplo de humanismo, como lo es Jaime Cedillo Feijó, tiene un precio que a veces llega hasta la muerte. Felizmente la dignidad, la valentía de un ser íntegro, su persistencia en la lucha por las causas más nobles, son invencibles y convierten en invencibles a sus héroes. Por ello, la sombra de Fernando Villavicencio tiene agarrados del pescuezo a sus criminales, aunque todavía faltan algunos que andan con las “barbas en remojo”.

Jeime Cedillo Feijó tiene varios libros publicados en los que el talento innegable de este SEÑOR PERIODISTA, con mayúsculas,  se luce y en los que su palabra esencialmente franca, sin tapujos, sin concesiones, sin intenciones escondidas, a veces conmueve emotivamente la sensibilidad de los lectores por los acontecimientos felices que relata; a veces destroza con sabiduría a personajes corruptos plenamente identificables; y a veces desnuda con pruebas irreversibles los hechos icónicos del gran atraco a nuestro país por una banda de delincuentes que se tomó todas las funciones del Estado. Su último, titulado “Aquí no echamos flores aquí lanzamos dardos” es un libro candente que recoge editoriales, reportajes, entrevistas, crónicas sobre “situaciones buenas y malas que vivimos los ecuatorianos en estos años de agitaciones políticas, de metidas de manos, de escapes y otras atrocidades más, hasta la Victoria siempre, de saqueos, de abusos interminables, de atentados a la libertad de expresión, de persecuciones y juicios por ejercer el periodismo con frontalidad, por decir la verdad, por desenmascarar la corrupción desde las altas y bajas esferas, de los poderes nacionales y seccionales”, según palabras del autor.  

No me cabe duda de que Jaime Cedillo Feijó con este último libro ratifica las virtudes mostradas en todos sus libros anteriores, que le permiten realizar su trabajo de manera rigurosa, ética y efectiva, desde el prisma de su  mentalidad curiosa e  inquisitiva y de una necesidad constante de entender y desentrañar lo que sucede detrás de las apariencias para trasmitirlas con veracidad y con un fuerte sentido de justicia, transparencia y responsabilidad social. Su decisión de actuar siempre con integridad ha sido clave para ganar la credibilidad que tiene; su facilidad para ser claro y persuasivo al transmitir los hallazgos de sus investigaciones y deducciones, es notoria en todas sus intervenciones; esto incluye el escribir y redactar de manera comprensible para los lectores sus artículos y ensayos, su capacidad para generar confianza con las fuentes y ser cauto y sensible en el manejo de información confidencial, respetando los límites éticos, es innegable. Es importante resaltar que Jaime Cedillo Feijó, no es de aquellos periodistas que aceptan todo como verdad absoluta sin corroborarlo; que es un cuestionador analítico permanente de las fuentes, datos y versiones oficiales o de redes sociales o de informaciones que le envían, a la luz de un conocimiento académico interdisciplinario que le ha permitido y le permite una magnífica comprensión en áreas como el derecho, la economía, la tecnología, la política, la ciencia y los derechos derechos humanos, para  contextualizar adecuadamente los temas investigados. Estas características no sólo han ayudado a Jaime Cedillo Feijó para darle un sólido soporte a lo que hace para destacar como ser humano y como profesional, sino también para asegurar que su trabajo sea siempre ético, confiable y trascendente. Por todo lo señalado anteriormente expreso, sin temor a equivocarme, que Jaime Cedillo Feijó es un baluarte en el periodismo nacional e internacional al que hay que seguir con toda la seguridad que amerita el interés por tener a la mano una información veraz en todos los sentidos.



1 Comentario

  1. Estimado señor Doctor Simón Zavala Guzmán: Expreso mi más sincero agradecimiento por el comentario sobre mi trabajo periodístico, desarrollado con pasión, desde hace 45 años. Estar cerca de la gente y lejos del poder, ha sido mi objetivo principal. Por el libro que usted, generosamente comenta, la Unión Nacional de Periodistas del Ecuador, me entregó el Premio “Eugenio Espejo”. Ya está en circulación mi nuevo libro titulado “Libertad de Expresión”, una recopilación de artículos que tuve la oportunidad de escribir en el año 2024, sobre acontecimientos sociales y políticos que se dieron en el país. Una vez más, mil gracias por sus generosas expresiones.

    “El arco del triunfo es largo, pero se dobla hacia la justicia”
    Martin Luther King

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