Con el inicio de 2025, se da paso a la generación Beta, un grupo que incluirá a todos los nacidos entre este año y 2039, y que desplaza a los niños Alfa, quienes nacieron entre 2013 y 2024. Según la empresa australiana Mc Crindle, esta nueva generación será la primera en vivir una experiencia completamente inmersiva en lo digital, donde la inteligencia artificial, los entornos virtuales y la hiperconectividad no serán solo complementos, sino una extensión natural de su vida diaria.

Para los Beta, lo digital y lo físico se fusionarán, creando una cotidianidad en la que ambos mundos serán inseparables. Gracias a que la mayoría de sus padres pertenecen a las generaciones Millennial o Zeta, quienes ya dominan la tecnología, estos niños crecerán en un entorno mucho más avanzado que las generaciones previas, como los Baby Boomers.

Los niños Beta estarán inmersos en una realidad en la que la educación, las compras, los intereses y las relaciones sociales serán definidas por algoritmos virtuales. Sin embargo, estos jóvenes sabrán gestionar sus identidades digitales de forma segura y sabrán cómo navegar dentro de comunidades virtuales, desarrollando una fluidez digital única.

La generación Beta también heredará importantes desafíos globales, como el cambio climático, la inclusión y las transformaciones demográficas. La conciencia ecológica será una de las prioridades de esta generación, marcada por una visión responsable hacia el planeta.

Estudios estiman que muchos de los Beta vivirán para presenciar el siglo XXII, con una esperanza de vida mayor a la de generaciones anteriores. Además, para 2035, esta generación podría representar el 16 % de la población mundial, consolidándose como una de las más influyentes del futuro.

La generación Beta está llamada a transformar el mundo, en el que la tecnología y el compromiso con la sostenibilidad jugarán papeles fundamentales.