Un adagio popular dice: “dime con quién andas y te diré quién eres”. Esta sentencia es muy aplicable en las relaciones internacionales por la importancia de la inserción en los bloques comerciales, económicos, políticos, ambientales, tecnológicos y de seguridad. Todo esto puede constituir un país influyente en la política de la región y el mundo. Dependerá de la importancia de la geopolítica y de cómo la comunidad internacional te mira.

Esto es el llamado peso o porte geopolítico de un país, pero depende de factores internos y externos. Entre los primeros están tener una democracia madura, respeto a los Derechos Humanos, crecimiento económico sostenido, políticas sociales eficientes, seguridad interna, desarrollo educativo, respeto a los procesos de mediación internacionales, es decir, un Estado estructurado y eficiente. En cambio, los factores externos son la apertura a mercados internacionales para el comercio y la economía, integrar bloques políticos que respeten la democracia y los DD.HH., aplicar de manera efectiva los convenios internacionales en seguridad, el medio ambiente entre otros.

Por eso es vital definir el camino a seguir en las próximas elecciones, nos estamos jugando el futuro de nuestro país, porque las preferencias electorales están polarizadas entre dos tendencias políticas contrapuestas. Una pregona una economía abierta, convenios y cooperación internacional, fortalecer la seguridad interna, mano dura contra la corrupción y contrario a regímenes totalitarios como Cuba, Nicaragua y Venezuela. La otra tendencia solo tiene como agenda la impunidad del prófugo Rafael Correa, liberar a Jorge Glas y que regresen los sentenciados por corrupción que se abrigan en México y Venezuela. No hay claridad en su plan económico, tampoco en las relaciones internacionales y en los mercados comerciales, así como no define si los Grupos de Delincuencia Organizada, que fueron declarados terroristas con nombre bien identificados, son amenazas para el Estado.

¿Entonces, por dónde vamos? ¿Cuáles serán nuestros socios estratégicos, geopolíticos y geoeconómicos? Nos vamos hacia las dictaduras venezolana, cubana y nicaragüense, o vamos hacia la esfera de influencia de los EE.UU., la Unión Europea, el APEC, que son los bloque más importantes e influyentes del mundo, tomando las oportunidades que nos puede traer este posicionamiento geopolítico y geoeconómico. Pero esto depende del tipo de gobierno que vamos a elegir y que nos permita la solución de los problemas de mayor connotación que aquejan a los ecuatorianos. Y se puede reconocer como positiva la apertura que nos ha dado el nuevo Gobierno de EE.UU., de Donald Trump, quién ha declarado también que los carteles de la droga sean considerados como grupos terroristas, con todo lo que ello implica y los alcances globales. En forma directa puede repercutir en la lucha contra las drogas que hace el Gobierno del presidente Daniel Noboa, y en la seguridad interna de nuestro país, porque no estaremos solos en esta cruzada. Por eso, la importancia del posicionamiento y porte geopolítico de Ecuador, dependerá del prestigio internacional que le pueden brindar los socios comerciales y los intereses que defienden, que serán de gran valía para el desarrollo de Ecuador.

No podemos aislarnos y ser autárquicos como de alguna manera buscan los gobiernos de izquierda, tratando de ser socios entre ellos, con economías contraídas y de absoluto control gubernamental, con limitada libertad de expresión y prensa, sin respeto de los derechos ciudadanos, pactando con las mafias y grupos criminales, así como perpetrarse en el poder.

Si queremos ser influyentes en la región y seguir la senda del desarrollo sostenido con un ambiente de paz y una economía libre, para mejorar el trabajo, la educación, la salud, la estructura socio económica, las libertades; debemos elegir el camino que vamos a transitar y que nos permita un bienestar general, a sabiendas que no será fácil por los intereses mezquinos de grupos políticos y personas que tienen atado al Ecuador a su perversa agenda, sin importar el destino miserable que le ofrecen al pueblo de inseguridad y subdesarrollo.