Invocando a Rafael Noboa

Ene 21, 2025

Por Rodrigo Jordán

Hasta ahora no se sabe si el candidato, Luis Felipe Tillería, se equivocó o quiso hacer una parodia política en contra del mandatario, Daniel Noboa, durante el debate presidencial del pasado domingo. Lo cierto, es que, sin querer, él graficó muy bien lo que ocurrió en el evento.

Tillería, al unir los nombres de dos políticos opositores: el del actual presidente con el del ex jefe de estado, Rafael Correa, invocó repetidamente al viejo fantasma de la polarización política, que prevaleció en el debate y que graficó lo que nuevamente vive la nación.

Este fantasma que ya cumple, este 2025, 19 años de vida está llevando al Ecuador a posiciones extremas muy peligrosas en la gestión del estado.

La polarización correísmo-anti correísmo ha institucionalizado un modelo de ejercicio de la democracia que se basa en reducir duramente al contrario dependiendo del bando ostente el poder. Y, claro, crea líderes estatales férreos, radicales y con poca capacidad de consenso para impulsar el desarrollo socio económico del país.

Esta situación es tan grave, que ha desgastado la estabilidad democrática desde el 2017 por lo que Ecuador ya suma, en siete años, un presidente destituido tempranamente y uno interino.

Luis Felipe Tillería, al hablar de Rafael Noboa, entonces, llamó a un fantasma que está impulsando un reduccionismo implacable en la política ecuatoriana, durante casi dos décadas. Nada se puede entender, de esta forma, sin mencionar al ex presidente, Rafael Correa, que ni siquiera vive en el país.

Este fenómeno es tan potente que esta dicotomía, incluso, está presente cuando se va a designar o nombra a cualquier autoridad (repito: a cualquier autoridad) de las cinco funciones del estado: ejecutivo, legislativo, judicial, electoral y de transparencia.

De terror, pero es verdad: la mayoría de los políticos de izquierda y derecha en Ecuador, no han resistido la tentación, desde el 2006, de construir una carrera electoral, sin colocar a Correa en uno de sus principales ejes de acción, discurso y combate.

Un meme de redes sociales graficaba esta enfermiza división con una fase magistral: “… eso es como negarte a superar a tu ex”.

La polarización está obstaculizando el mejoramiento de la calidad de vida de las familias ecuatorianas, ya que baja considerablemente la capacidad de un trabajo integrado del estado, en unidad y consenso.

Los políticos, así, se olvidan peligrosamente de que existe una causa mayor que es un ciudadano desesperado por más empleo, salud, educación, infraestructura y seguridad y en este proceso electoral esto se debe superar.

No sigamos el ejemplo de Luis Felipe Tillería: no invoquemos o invoquemos menos al fantasma de la polarización política (esto también va para la prensa).

El Ecuador es más que este ente del más allá.



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