El Concejo Metropolitano de Quito aprobó esta semana, con 22 votos a favor, una ordenanza que unifica las categorías de taxis en el Distrito Metropolitano, garantizando la libre circulación de estos vehículos. Según la concejal Analía Ledesma, quien participó en una entrevista para FM Mundo, esta medida busca facilitar la movilidad, reactivar la economía y reducir la corrupción relacionada con agentes de tránsito.
Antes de la aprobación, los taxis estaban clasificados en cuatro categorías según su ubicación y servicio: taxis rurales (verde con amarillo), taxis periféricos (rojo con amarillo), taxis convencionales (amarillo) y taxis ejecutivos (negro). Con la nueva normativa, solo quedarán dos categorías: taxis convencionales y ejecutivos.
Impacto en movilidad y reactivación económica
La concejal Ledesma destacó que esta medida beneficiará a aproximadamente 4.800 taxis rurales y periféricos, quienes podrán circular libremente en toda la ciudad sin restricciones previas. Esto también busca prevenir presuntos actos de corrupción, como cobros indebidos o extorsión por parte de agentes de tránsito, que eran recurrentes en casos como los taxis que transportaban pasajeros desde el aeropuerto al hipercentro.
Sin embargo, Ledesma expresó su preocupación sobre el posible impacto en el tráfico, especialmente en el hipercentro de Quito, y señaló que se implementarán medidas para mitigar estos efectos, como la obligatoriedad de mantener estacionadas unidades en las cooperativas rurales.
Reglamentación y cumplimiento
La Agencia Metropolitana de Tránsito tiene 60 días para establecer las reglas técnicas de la transición, y posteriormente, 30 días adicionales para socializar la normativa con los taxistas. Durante este tiempo, los propietarios deberán pintar sus vehículos según las nuevas categorías, un costo que será asumido por cada dueño.
En cuanto a las tarifas, se mantiene la normativa vigente, con un arranque de $0,50 estipulado desde 1997. No obstante, Ledesma insistió en que los taxistas deben utilizar el taxímetro en todas las carreras, ya que muchas veces se imponen tarifas arbitrarias, perjudicando a los pasajeros o incluso a los mismos conductores.
Un cambio necesario, pero no exento de desafíos
Ledesma subrayó que este proceso no implica un aumento en los cupos de taxis, lo que evitará posibles actos de corrupción relacionados con habilitaciones. Además, señaló que el cambio busca un beneficio para la ciudadanía, aunque reconoció que será necesario evaluar el impacto a largo plazo en la movilidad y fiscalizar la correcta aplicación de la ordenanza.
Finalmente, la concejal hizo un llamado a los taxistas para que respeten la normativa y colaboren con el cumplimiento de las nuevas disposiciones, subrayando que la ciudadanía debe ser la principal beneficiaria de estas medidas.
El tiempo dirá si esta ordenanza logra mejorar la movilidad y reducir las problemáticas históricas del transporte en Quito, o si, como temen algunos ciudadanos, generará más tráfico y complicaciones en una ciudad ya afectada por el caos vehicular.
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