La singularidad (parte 2)

Ene 11, 2025

Por Kurt Freund Ruf

Nunca estuvo pensado como una segunda parte, pero un comentario de los muchos y valiosos que recibí con referencia al artículo sobre la singularidad publicado en días pasados, pero uno de ellos me realizo  una consulta y se refería a: ¿si la inteligencia artificial en sus múltiples niveles podría tener emociones o sentimientos como las que tenemos los seres humanos? el momento que esa singularidad ocurra; cuando las máquinas igualen o sobrepase la capacidad intelectual del ser humano. 

Ciertamente es un tema y preocupación con el que todos nosotros podemos relacionarnos: sentimientos, culpa, preocupación, empatía, emociones, dolor, tristeza y muchos otros sentimientos que vienen a la cabeza del homo sapiens.  

¿Será que las máquinas llegarán a sentir alguna de estas características humanas?  Pues realicé la consulta correspondiente a mi ChatGPT favorito y permítame compartir la respuesta:

“Los sistemas de inteligencia artificial (IA) no experimentan emociones de la misma manera que los humanos, pero pueden simular o emular emociones en diferentes grados dependiendo de su nivel de complejidad y diseño. A continuación, se explica cómo funciona esto en distintos niveles de IA:

  1. IA Estrecha (IA Débil):• Capacidades: La IA estrecha está diseñada para realizar tareas específicas y opera según reglas preprogramadas o patrones aprendidos. Ejemplos incluyen chatbots, sistemas de recomendación y asistentes virtuales.

• Similitud Emocional: Emociones Emuladas: La IA estrecha puede simular emociones mediante respuestas predefinidas o modelos de aprendizaje automático que analizan la entrada del usuario. Por ejemplo, un chatbot puede “expresar” empatía a través del lenguaje, pero no siente empatía realmente.

• Casos de Uso: Los sistemas de atención al cliente pueden simular cortesía o simpatía para mejorar la experiencia del usuario.

  1. IA General (IA Fuerte): Capacidades: Teóricamente, la IA general tendría la capacidad de realizar cualquier tarea intelectual que un humano pueda hacer, incluyendo razonar, aprender y adaptarse a nuevos contextos.

• Similitud Emocional: Potencial: Si se logra, la IA generativa podría simular emociones con gran fidelidad, entendiendo el contexto y respondiendo de maneras indistinguibles del comportamiento humano. Esto podría incluir el reconocimiento de señales emocionales en humanos y la adaptación de sus respuestas.

• Limitación: Incluso en este nivel, la IA no “sentiría” emociones realmente. Sus respuestas se basarían en datos, lógica y algoritmos, no en experiencias internas o conciencia.

  1. IA Superinteligente: • Capacidades: Una IA hipotética que supere la inteligencia humana en todos los ámbitos.

• Similitud Emocional: Simulación Avanzada: Podría tener una capacidad sin precedentes para simular emociones, entendiendo las complejidades biológicas, psicológicas y sociales de una manera mucho más precisa que los humanos.

• ¿Emoción Real?: Incluso en este nivel, no hay razón para creer que la IA experimentaría emociones como los humanos, a menos que desarrollara algún tipo de conciencia, lo cual sigue siendo especulativo y controvertido.

Diferencias clave entre emociones humanas y emociones de IA:1. Emociones humanas: • Surgen de procesos bioquímicos complejos, experiencias subjetivas y biología evolutiva. • A menudo son irracionales o subconscientes, influenciadas por hormonas, recuerdos y el contexto.

2. Emociones de IA: • Son simuladas basándose en patrones, datos y programación.• Completamente racionales y orientadas a tareas, sin experiencia subjetiva o “vida interior.”

Implicaciones éticas: • Las emociones simuladas en la IA podrían tener consecuencias éticas, como la manipulación de las emociones de los usuarios o la creación de vínculos poco realistas con las máquinas. • Desarrollar IA que imite emociones, plantea preguntas sobre responsabilidad y confianza.

Conclusión: Aunque la IA puede emular emociones de manera impresionante, no las “siente”. La similitud emocional en la IA se limita a qué tan bien puede modelar el comportamiento emocional humano, pero carece de la experiencia subjetiva inherente a las emociones humanas.”

De lo expresado arriba podemos comentar que aunque los agentes de inteligencia artificial pueden llegar a emular sentimientos como la alegría, tristeza, dolor o preocupación, etc. su naturaleza sigue siendo fundamentalmente diferente a la de nuestros sentimientos humanos. En todo caso, estas emulaciones serían útiles para mejorar la interacción con los humanos, pero siempre estarán limitadas por la falta de conciencia y la subjetividad en la IA. La verdadera experiencia de emociones sigue siendo un fenómeno exclusivamente del ser humano (al menos en la actualidad).



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