La crisis del empleo es insostenible; hay que flexibilizarse

Ene 7, 2025

Por Rodrigo Jordán

Entramos a un nuevo lustro y en Ecuador hallar un empleo sigue siendo casi imposible, desesperante y frustrante.

Es verdad, lo que acabo de anotar casi todos lo conocen, pero lo que pocos se han enterado es que el número de personas que hoy tiene un empleo formal es similar al registrado en el 2011.

Sí, la cantidad de ciudadanos que gozan hoy de un empleo pleno es igual a la registrada hace 13 años antes, cuando el Ecuador tenía apenas 15 millones de habitantes y hoy somos 18 millones (a diciembre del 2024).

Este fenómeno, mencionado en un reporte de Diario La Hora, revela una nueva cara de lo que ocurre en el mercado laboral nacional.

Asómbrese, el Ecuador de fines del 2024 tenía enrolado formalmente a solo 3 millones de personas, de los 13,1 millones que están en edad de trabajar, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), a noviembre del 2024.

Ahora, prepárese para este dato adicional. Esta misma entidad reveló, a inicios de año, que el promedio salarial en el sector privado era de USD 595 al mes, mientras que en las entidades estatales era de USD 1.720.

El ingreso promedio de los autónomos fue de apenas USD 348 cada 30 días. En contraste: la canasta básica ecuatoriana, a noviembre del 2024, llegó a los USD 804 al mes.

Como vemos, la situación del desempleo es insostenible en la nación; debemos hacer algo de forma urgente porque la sociedad, así, acelera su descomposición. Como ya ha ocurrido con el fenómeno de las bandas narcodelictivas y la imparable migración.

Y aunque parezca una locura, Ecuador debe iniciar de inmediato un proceso de reforma integral de su mercado laboral, comenzando por el marco legal vigente, más allá de las consideraciones ideológicas o políticas.

Sí; debemos flexibilizarnos laboralmente y, creo, por tres razones principales:

  1. Las cifras de creación de puestos de trabajo adecuados, desde hace más de 14 años, nos muestran que con las actuales reglas de juego, incluso en bonanza, podemos elevar la cantidad de empleados formales a máximos de 3,4 millones, pero nada más (en 2014). Esto equivale, en el mejor de los casos, al 20% de los ciudadanos en edad de trabajar. Por tanto, el esquema ya no sirve.
  2. Las transformaciones tecnológicas, impulsadas por la pasada pandemia del Covid 19, crearon un nuevo modelo de producción que jamás encajará, totalmente, con los últimos esquemas de empleo vigentes entre los años 2000 y 2019. El teletrabajo y las tareas por horas estarán en boga en el mundo por muchos años más. No hay vuelta atrás, aunque nos cueste aceptarlo.
  3. Una equilibrada flexibilidad laboral estimulará la llegada de más capitales al país, desde connacionales o extranjeros. No nos olvidemos que atrás de cada puesto de trabajo, hay alguien que decidió invertir.

No hay retorno. Si no queremos un país de mayor de desesperanza debemos hacer cambios en las reglas de juego que rigen las tareas remuneradas. De paso miremos la actual ola despidos masivos en Europa por la misma causa.

Debe ser prioridad sacarle al Ecuador del mito de los sindicatos políticos, que hablan de una tragedia, si hay cambios en las tradicionales relaciones entre trabajadores y patronos. Hay que ser sensibles ante el empleo que tanto necesitan los ecuatorianos.

Ojo: esta es una tarea impostergable y hay que seguir insistiendo las veces que sean necesarias.



0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



Te puede interesar


Suscríbete a nuestro boletín



Lo último