El expresidente estadounidense Jimmy Carter, reconocido por su liderazgo político y su incansable labor humanitaria, murió este domingo a los 100 años en su hogar en Plains, Georgia, acompañado de su familia.
Carter, quien gobernó Estados Unidos entre 1977 y 1981, enfrentó desafíos históricos durante su mandato, como la crisis de rehenes en Irán y dificultades económicas internas. Sin embargo, su verdadero legado se cimentó tras dejar la Casa Blanca, cuando dedicó más de cuatro décadas a defender los derechos humanos y promover la paz a nivel global.
Un legado humanitario y político
En 1982 fundó el Centro Carter, una institución que se convirtió en referente mundial para la promoción de elecciones democráticas, la lucha contra enfermedades y el apoyo a comunidades vulnerables. Esta labor le valió el Premio Nobel de la Paz en 2002.
Carter también trabajó junto a su esposa Rosalynn, quien falleció en 2023, en proyectos como Hábitat para la Humanidad, ayudando a construir viviendas para familias necesitadas.
“Mi padre fue un héroe, no solo para mí, sino para todos los que creen en la paz, los derechos humanos y el amor desinteresado”, expresó Chip Carter, uno de sus hijos, en un comunicado emitido por la familia.
Despedida nacional
Se realizarán ceremonias públicas en Atlanta y Washington D.C., seguidas de un entierro privado en Georgia. La familia ha solicitado que, en lugar de flores, se realicen donaciones al Centro Carter para continuar su legado.
A Carter le sobreviven sus cuatro hijos, 11 nietos y 14 bisnietos. Su vida y obra dejan una huella imborrable en la historia, como un líder comprometido con la justicia y el bienestar de la humanidad.
Nethouse 2000