Ecuador sigue enfrentando una grave crisis de seguridad, que aunque muestra ligeros avances en algunos indicadores, continúa siendo un problema profundo. Durante 2024, el país registró una tasa de muertes violentas de 40,4 por cada 100.000 habitantes, una leve disminución respecto al 2023, cuando alcanzó 47,2, pero todavía lo ubica entre las naciones más peligrosas del mundo.
El Gobierno de Daniel Noboa aplicó medidas de mano dura, como la militarización de zonas conflictivas y la declaración de un conflicto armado interno. Estas acciones han permitido ciertos logros, como la incautación récord de 195.681 kilos de drogas, un incremento del 12,13% respecto al año anterior. Sin embargo, estas cifras solo representarían el 50% de la cocaína traficada a través del país.
Arrestos y decomisos de armas
Durante 2024, se registraron 68.034 detenciones, manteniéndose el promedio diario de años anteriores. En el ámbito del narcotráfico, hubo 10.399 arrestos, casi igualando las cifras de 2023. En cuanto a armas ilegales, las incautaciones diarias aumentaron a 30, un crecimiento del 9,6%.
Desapariciones y denuncias
Un indicador preocupante es el descenso en el porcentaje de personas desaparecidas encontradas. En 2024, solo el 82% de los casos reportados fueron resueltos, comparado con el 92% de 2022.
Robos en declive
Por otro lado, las denuncias de robos mostraron una notable disminución. Hasta noviembre, se registraron 61.504 casos, un 13,63% menos que en 2023. La reducción se reflejó en robos a personas, viviendas, vehículos y negocios.
Perspectivas y desafíos
A pesar de estos avances, el panorama de seguridad en Ecuador sigue marcado por los altos niveles de violencia y el impacto del crimen organizado. Mientras tanto, las autoridades continúan con su estrategia de lucha contra las bandas narcodelictivas, en medio de denuncias por supuestas desapariciones, torturas y ejecuciones que empañan los esfuerzos militares.
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