El Papa Francisco dará inicio formal al Año Santo 2025 este martes 23 de diciembre, una tradición eclesiástica que invita a los fieles a peregrinar a Roma. Este evento, sin embargo, ocurre en un contexto de creciente preocupación por la seguridad, tras el reciente atentado en un mercado navideño en Alemania.
Durante la misa de la Víspera de Navidad, Francisco abrirá la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, que permanecerá abierta todo el año, permitiendo que alrededor de 32 millones de peregrinos visiten la ciudad. El Año Santo, que comenzó en 1300, se celebra cada 25 a 50 años, y permite a los participantes recibir indulgencias, una tradición centenaria de la Iglesia Católica vinculada al perdón de los pecados.
En cuanto a las indulgencias, los fieles pueden obtenerlas si realizan peregrinaciones a Roma o Tierra Santa, participan en obras de caridad, o se abstienen de distracciones y consumos superfluos. Este Año Santo se enfoca especialmente en los prisioneros, un tema que el Papa Francisco ha promovido como parte central de su vocación sacerdotal. De hecho, se abrirá otra Puerta Santa en la capilla de la prisión de Rebibbia en Roma para enviar un mensaje de esperanza a los reclusos.
Con 88 años y recientemente afectado por un resfriado, Francisco ha preparado un exhaustivo calendario de eventos del Jubileo, que incluirá actos oficiales para diferentes grupos, como fuerzas armadas, artistas, sacerdotes y personas pobres, entre otros. Además, un evento relevante será el Jubileo de los Prisioneros, que se celebrará en diciembre de 2025.
Roma se está preparando con estrictas medidas de seguridad para garantizar el bienestar de los peregrinos y evitar incidentes como el ocurrido en Alemania. Se desplegarán más de 700 agentes de policía y tecnologías avanzadas de vigilancia, incluidos drones y cámaras de circuito cerrado. A raíz de los recientes ataques, las autoridades italianas han intensificado las patrullas y vigilancia en los principales puntos turísticos, como los mercados navideños.
Roma también ha llevado a cabo importantes renovaciones y proyectos de infraestructura para el Año Santo, aunque algunos de ellos aún están en proceso. Entre las obras finalizadas se encuentra la restauración de la Fontana di Trevi y las fuentes de Bernini en la Piazza Navona, que ahora lucen restauradas y relucientes para recibir a los visitantes.
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