Algunas investigaciones sitúan el origen de la Navidad en el año 336 D.C., cuando la iglesia cristiana romana inició este festejo imbuído en las celebraciones paganas saturnales (o saturnalia) que consistía en celebrar el “renacimiento del año” cuando se cumplía el solsticio de invierno, que en el calendario juliano (que rigió durante siglos al imperio romano y a Europa) era
el 25 de diciembre. Mejor dicho, la fecha para celebrar el nacimiento de Jesús se escogió independientemente de la biblia.
Los festivales de invierno existían en todo el mundo desde la antigüedad, como el festival germánico del solsticio que duraba dos días e incluía banquetes, celebraciones, se encendían velas y se decoraban las casas con árboles de acebo y muérdago. En la Inglaterra medieval, la Navidad era un verdadero festival de 12 días para celebrar el nacimiento de Jesús.
El árbol de navidad nació también de una tradición pagana, en esta caso en Alemania, en la que se acostumbraba decorar las ramas de los árboles. Esta tradición se transportó al interior de las casas escogiendo pinos adornados con velas y regalos y se denominó Tannenbaum (árbol de navidad). También aquí nacieron varias otras tradiciones, como las coronas de Adviento, los cascanueces y los mercadillos navideños. A inicios del siglo XIX estas tradiciones llegaron con fuerza a Inglaterra a través de la familia real británica, quie tenía raíces alemanas, por lo que adoptaron las costumbres festivas germanas.
Otro personaje muy antiguo que estuvo anclado a las tradiciones de varios países europeos, especialmente de Alemania, los Países Bajos y Hungría, era el de San Nicolás, un obispo griego del siglo III que se asoció con la entrega de regalos en diciembre. Esta tradición aún viva en Europa se celebra anualmente a inicios de diciembre; y, sirvió de base para el
nacimiento de una de las figuras más populares de la Navidad contemporánea, que es Papá Noel.
La colonización y especialmente la posterior migración hacia Estados Unidos de alemanes y holandeses en los siglos XVIII y XIX llevaron consigo sus propias tradiciones lo que creó una especie de crisol navideño, en el que se asimilaron varias culturas y se fueron agregando o refinando tradiciones y personajes como el de Papá Noel, para terminar en una fiesta más uniforme, de origen religioso cristiano y celebrada en familia.
La internacionalización de la Navidad se debe probablemente a Hollywood y sus películas. En éstas, un Papá Noel tiene una empresa de producción de juguetes en alguna parte del polo norte y viaja por el mundo con un trineo tirado por renos que vuelan a repartir alegría a los niños que han sido buenos durante el año. Estos viven en casas muy adornadas e iluminadas acorde a la fecha y reciben los regalos por medio de las chimeneas de sus casas ubicadas en alguna parte del hemisferio norte porque están nevadas (festividades saturnales).
Se infiere entonces que Papá Noel no llegaría a países del hemisferio sur porque estos están en verano, la mayoría no tiene chímeneas e incluso en algún país no hay luz.
A pesar o gracias a estas carencias hollywoodenses, en nuestras latitudes la Navidad se celebra con pesebres, uno más interesante o novedoso que el otro, que realza el origen cristiano de la fiesta. Algunas familias rezan la novena y se estila ir a la misa del Gallo.
Para todos los que vivimos fuera, son estas fechas cuando más se siente y se hace más fuerte la carencia del núcleo familiar; se extraña o recuerda a los abuelos, a los papás, a los hermanos, a los tíos, primos, panas, a las diferentes costumbres a la hora de abrir los regalos, a una mesa grande llena de manjares, pero sobre todo de alegría, los villancicos y las anécdotas.
Aunque la Navidad se haya convertido en una fiesta más bien laica y cada vez más comercial, en muchos de nosotros, estemos donde estemos, sigue viviendo ese espíritu navideño ligado a nuestras costumbres y raíces. Aunque la tecnología nos ha aliviado el dolor de la separación con los saludos por video, siempre hace falta el calor humano que solo se transmite con un fuerte abrazo.
¡Feliz Navidad, también para todos los migrantes, quienes nos trajeron esta fiesta!
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