La capital ucraniana, Kiev, fue blanco de un devastador ataque con misiles rusos que dejó al menos un muerto y tres heridos este viernes. Según Sergiy Popko, jefe de la Administración Militar, entre los proyectiles empleados se incluyeron los hipersónicos Kinzhal e Iskander, lanzados a las 7:00 am (hora local).

Vitali Klitschko, alcalde de Kiev, informó sobre incendios en vehículos y edificios en cuatro zonas de la ciudad. “Dos personas fueron hospitalizadas. Los servicios de emergencia trabajan en las áreas afectadas”, añadió.

El bombardeo coincidió con una advertencia de la fuerza aérea ucraniana sobre misiles balísticos procedentes del norte. Además, se alinea con las declaraciones de Vladimir Putin, quien recientemente habló de un “duelo tecnológico” para probar la efectividad de su misil hipersónico Oreshnik, diseñado para superar defensas aéreas.

Más allá de Kiev: impacto en Kherson y respuesta rusa

Simultáneamente, la ciudad portuaria de Kherson también fue atacada, dejando un saldo de un muerto y seis heridos.

Por su parte, Rusia acusó a Ucrania de haber dañado una fábrica química en Rostov mediante misiles ATACMS y Storm Shadow. Moscú prometió represalias, señalando que este tipo de armamento fue clave en recientes ofensivas contra su territorio.

En un contexto de intensificación del conflicto, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, insistió en que solo la OTAN puede ofrecer garantías de seguridad reales frente a Rusia. Tras una cumbre en Bruselas, destacó que las iniciativas europeas, aunque valiosas, no reemplazan la protección que podría brindar la alianza atlántica.

Zelensky también se mostró abierto a la propuesta del presidente francés Emmanuel Macron sobre el despliegue de tropas de paz, aunque pidió claridad sobre su alcance y capacidades ante posibles ataques rusos.