En su autobiografía Hope (“Esperanza”), que será publicada en enero de 2025, el papa Francisco revela que un plan para asesinarlo durante su viaje a Irak en marzo de 2021 fue evitado gracias a la intervención de los servicios de inteligencia británicos. El pontífice cuenta que, al aterrizar en Bagdad, fue informado de que dos terroristas suicidas planeaban atacar durante un acto al que asistiría.
El complot fue descubierto por los servicios de inteligencia británicos, quienes alertaron a la policía iraquí, que a su vez lo comunicó a su equipo de seguridad. Los atacantes, una mujer suicida y una furgoneta cargada de explosivos, fueron interceptados y abatidos antes de llegar a su objetivo. “Ya no están”, fue la respuesta lacónica de un funcionario de seguridad al preguntarle el papa sobre los presuntos atacantes al día siguiente del incidente.
La visita a Irak, la primera de un papa a este país en medio de la pandemia de coronavirus, estuvo marcada por una intensa operación de seguridad. Irak, que ha sufrido años de violencia sectaria, persecución a minorías religiosas y la reducción drástica de su comunidad cristiana debido al grupo Estado Islámico, fue un destino de especial importancia para Francisco. Durante su estancia, se reunió con el ayatolá chiíta Ali al Sistani, en un histórico encuentro entre las dos religiones.
En su libro, el papa reflexiona sobre la devastación que encontró en Mosul, ciudad devastada por Estado Islámico, y hace un llamado al perdón y la reconstrucción para los cristianos iraquíes. También describe cómo la comunidad cristiana del país se redujo en un 83% debido a los conflictos internos y la persecución, pasando de 1,5 millones de cristianos a solo 250.000 en los últimos años.
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