Un tribunal en Aviñón, Francia, condenó este jueves a Dominique Pelicot a 20 años de prisión por drogar y violar repetidamente a su exesposa, Gisèle Pelicot, y reclutar a más de 50 hombres para abusar de ella mientras estaba inconsciente. Este caso ha sacudido al país y convertido a Gisèle en un símbolo de resistencia contra la violencia de género.
Pelicot, de 66 años, fue declarado culpable de violación agravada y otros delitos, incluyendo la toma de imágenes indecentes de mujeres, entre ellas su hija y nueras. Otros 50 acusados recibieron penas de entre 3 y 15 años de prisión.
De 2011 a 2020, Pelicot drogó a Gisèle con tranquilizantes sin que ella lo supiera, y la ofreció a hombres que reclutaba en páginas web. Gisèle descubrió los horrores cuando su entonces esposo fue denunciado por otro delito menor. “Pensaba que éramos una pareja unida”, declaró ella en el juicio.
A sus 72 años, Gisèle decidió renunciar al anonimato, afirmando que quería “cambiar la vergüenza de bando”. Su valentía ha inspirado a miles, quienes la recibieron en el tribunal con aplausos y mensajes de apoyo.
“No soy un ícono, soy una sobreviviente”
Pese a la admiración que ha recibido, Gisèle insiste en que es “una mujer normal”. Su decisión de enfrentar públicamente el juicio ha sido elogiada incluso por figuras políticas como Yaël Braun-Pivet, presidenta de la Asamblea Nacional francesa.
La frase “la vergüenza cambia de bando” se ha convertido en el lema de este histórico juicio, un recordatorio de que las víctimas no deben cargar con el peso de los crímenes que otros cometen contra ellas.
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