Un brote de gripe aviar altamente patógena fue detectado en aves de traspatio en el municipio de Acandí, en el departamento colombiano de Chocó, según confirmó el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) el pasado 2 de diciembre de 2024. Aunque este brote no afecta el estatus sanitario de Colombia como país libre de influenza aviar ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), la noticia ha generado preocupación en la región, incluida Ecuador.
En respuesta, la Agencia de Regulación y Control Fito Zoosanitario (Agrocalidad) de Ecuador instó al sector avícola a fortalecer las medidas de bioseguridad y a cumplir estrictamente con el protocolo de vacunación. “El control de la enfermedad es un esfuerzo conjunto entre el sector avícola, el Gobierno y la ciudadanía. Es vital reportar cualquier sospecha a través de los canales oficiales de Agrocalidad”, destacó la entidad en un comunicado.
Ecuador ya vivió brotes de gripe aviar entre finales de 2022 e inicios de 2023. Tras una intensa campaña de vacunación que inmunizó a 6,3 millones de aves y una inversión de $2,7 millones, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) declaró la enfermedad controlada en mayo pasado.
Situación en Colombia
El ICA informó que este es el primer brote de gripe aviar registrado en Colombia en 2024. Acandí, ubicado en el departamento de Chocó, se caracteriza por su aislamiento geográfico y la ausencia de granjas avícolas comerciales. La producción avícola en esta zona está limitada a aves de traspatio destinadas al autoconsumo, lo que reduce el riesgo de propagación masiva.
A pesar de ello, las autoridades colombianas han activado un plan de contingencia con un equipo especializado de epidemiólogos, veterinarios y técnicos pecuarios para contener el brote. Se establecieron medidas cuarentenarias en el predio afectado para prevenir que la enfermedad se extienda a otras regiones.
Gripe aviar: un desafío global
La propagación del virus de gripe aviar sigue siendo una preocupación para organismos internacionales. En Ecuador, el refuerzo de las campañas de bioseguridad busca evitar nuevos brotes y proteger la producción avícola nacional, fundamental para la economía del país.
El compromiso de ambos países en la contención de la enfermedad será clave para mitigar su impacto en la región.
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