El “pico y placa eléctrico”, una de las medidas destacadas por el gobierno de Daniel Noboa para mitigar los efectos de los apagones y evitar despidos masivos, terminó siendo un fracaso rotundo: únicamente 2 de cada 100 empresas en Ecuador acogieron esta política.
Implementada mediante el acuerdo ministerial Nro. MDT-2024-200 el pasado 22 de octubre, la medida buscaba flexibilizar la jornada laboral, permitiendo trabajar cuatro días a la semana con horarios extendidos de 10 horas diarias. Se plantearon dos opciones:
- Lunes a jueves: 07:00 a 17:00.
- Jueves a domingo: 07:00 a 17:00.
La ministra de Trabajo, Ivonne Núñez, afirmó en su momento que esta estrategia protegería empleos y garantizaría la continuidad económica. Sin embargo, según un estudio de Andeanecuador Consultores Estratégicos, solo el 2% de las empresas consideraron viable esta modalidad.
Críticas y limitaciones
Francisco Vergara, presidente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria (Capeipi), cuestionó el alcance de la medida, señalando que estaba incompleta y requería coordinación con el Ministerio de Energía y Minas para programar racionamientos eléctricos por zonas.
Además, expertos en derecho laboral, como Vanessa Velásquez, destacaron que el impacto positivo del “pico y placa eléctrico” estaba condicionado a la capacidad de las empresas para adaptarse, dejando fuera de su alcance a pequeños negocios y emprendimientos. La experta advirtió que, pese a esta política, muchas pequeñas y medianas empresas enfrentan una difícil decisión: realizar despidos, especialmente en diciembre, mes que implica mayores obligaciones laborales por el pago del décimo tercer sueldo.
Soluciones alternativas frente a los apagones
Frente a la crisis energética, la mayoría de las empresas optaron por otras estrategias más prácticas:
- 88% utilizó generadores eléctricos.
- 26% implementó horarios flexibles.
- 25% recurrió al teletrabajo.
- 11% suspendió el teletrabajo para operar desde oficinas con energía de respaldo.
- 5% redujo sus operaciones.
A pesar de estas medidas, los apagones prolongados (hasta 14 horas diarias) afectaron gravemente a las empresas:
- 59% reportó aumentos en los costos operativos.
- 22% sufrió retrasos en entregas.
- 21% registró una caída en la producción.
- 5% tuvo que despedir personal.
Demandas del sector empresarial
Las empresas han solicitado mayor flexibilidad laboral y apoyo financiero para enfrentar la crisis. Entre las principales peticiones están:
- Regulaciones laborales más flexibles (42%).
- Subsidios para la compra de generadores eléctricos (37%).
- Asesoría técnica para optimizar el uso de energía (23%).
Asimismo, se destacó la necesidad de facilitar la importación de paneles solares, fomentar el uso de energías limpias y promover reformas tributarias que reduzcan el costo de la energía.
La implementación fallida del “pico y placa eléctrico” evidencia la desconexión entre las propuestas gubernamentales y las necesidades reales del sector empresarial en un contexto de crisis energética y económica.
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