Edmundo González, quien se ha proclamado como presidente electo de Venezuela tras los controvertidos comicios del 28 de julio, confirmó que María Corina Machado ocupará el cargo de vicepresidenta en su eventual gobierno.

En una entrevista con El País, González reiteró su intención de asumir la presidencia el próximo 10 de enero de 2025, a pesar de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) declaró a Nicolás Maduro como ganador. Según González, más de siete millones de venezolanos votaron por él, una cifra que asegura habría sido aún mayor si se hubiese permitido el voto de la diáspora.

El anuncio de González y Machado se da en un ambiente de alta tensión política. La oposición venezolana sostiene que las elecciones estuvieron marcadas por irregularidades y que González es el verdadero ganador. La falta de transparencia en los resultados, ya que el CNE no ha publicado los desgloses detallados de los votos, ha incrementado las sospechas de fraude.

Diversos organismos internacionales, como el Centro Carter y la ONU, han respaldado las denuncias de la oposición, señalando que los datos presentados por los detractores de Maduro son consistentes y reflejan los resultados reales de las urnas.

El papel de María Corina Machado

María Corina Machado, una destacada líder de la oposición, ha sido una figura clave en los esfuerzos por restaurar la democracia en Venezuela. Su designación como vicepresidenta refuerza la alianza entre los sectores opositores y busca consolidar un frente común contra el gobierno de Maduro.

“Estamos decididos a devolver la institucionalidad y la esperanza al pueblo venezolano. Este es un paso más hacia la recuperación de nuestro país”, declaró González durante la entrevista.

Contexto de incertidumbre

Mientras tanto, el gobierno de Maduro continúa en el poder, enfrentando críticas internacionales y sanciones, pero respaldado por sectores clave de las fuerzas armadas y aliados internacionales. La crisis política en Venezuela parece lejos de resolverse, y el próximo 10 de enero será un día clave en el devenir del país.

Observadores políticos consideran que el panorama podría derivar en nuevas confrontaciones, mientras la comunidad internacional sigue atenta al desenlace de esta compleja disputa por el poder en Venezuela.