Los Estudios de Futuro como campo del conocimiento de especialidad vinculado a la anticipación estratégica y alertas tempranas, al igual que la prospectiva con una disciplina particular, que además del desafío aplicativo de comprender las diversas problemáticas multiescalares de la seguridad (global, regional, local) son indispensables. Su articulación sirve para indagar y configurar posibles imágenes de futuro en contextos volátiles, de incertidumbre estructural y de disrupción.
En el caso puntual del crítico entorno que vivimos en todo el país, enquistado en una conflictividad asimétrica difícil de ser evaluada integralmente, la mirada de la prospectiva crítica política constituye una herramienta estratégica para develar la emergencia de nuevas lógicas y narrativas en el ámbito de la seguridad. De hecho, una de las claves para consolidar una gobernanza flexible e inteligente,- no por ello menos eficiente y efectiva- de la seguridad implica el uso de herramientas prospectivas y de estudios de futuro de nueva generación que garanticen un Estado resiliente, adaptativo que pueda lidiar con los juegos del poder que se instalan entre los diversos actores sus agendas específicas, intereses, que en un sentido ideal deberían corresponderse a la configuración de múltiples futuros, sin corrupción ni impunidad, en donde se puedan generar los mejores ambientes para diálogos creativos entre actores públicos y privados, entidades estatales y actores no estatales, recuperando el sedimento de responsabilidad social y compromiso ético del país, mediante ejercicios permanentes de interacción, donde la perspectiva de género también constituya un elemento motorizador de toda dicha dinámica.
Los procesos de toma de decisiones, al más alto nivel, deben responder a prácticas consensuadas hacia la consolidación de un verdadero Sistema de Seguridad Pública y del Estado que, más allá de un sueño, sí es posible teniendo desde el inicio una perspectiva estratégica que ilumine de manera oportuna la conducción política del Estado hacia futuros justos, equitativos, respetuosos de los derechos de todos, donde se combine experiencia, conocimiento y liderazgo ejemplificador. La institucionalización del sector seguridad es la columna vertebral para la mantención del Estado de Derecho, evitar la instalación de gobernanzas híbridas y gobernanzas alternativas criminales, que van fragmentando el Estado de derecho, criminalizando paulatinamente en el espacio físico y colonizando el ciberespacio; de manera múltiple también penetrando todas las instituciones, los aparatos de fuerza, los medios de comunicación, al sector político, privado, y lo que es peor generando no solo índices de percepción alarmantes de inseguridad y violencia dentro y fuera del país, sino la naturalización y casi indolencia de los ciudadanos y ciudadanas, que se van acostumbrando paulatinamente a vivir las violencias y la muerte como un espectáculo que cambia su sentido de sí mismo, de estar en el mundo y vulnerando su esperanza de futuro. Por ello, los estudios de futuro y la prospectiva constituyen un oasis esperanzador para incidir en el rumbo de la conducción político-estratégica de la seguridad en el país. Esta es una tarea pendiente por parte de la academia que demandará las generaciones venideras.
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