Permítanme unas reflexiones sobre el actual proceso de elecciones para elegir a los Directivos de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana Capítulo Manabí – AMCHAM, dado que conozco que dos personas, que con esfuerzos han trabajado por Manta y la provincia, especialmente estos últimos años en sus muy altas funciones, y dejando de lado sus intereses personales, decidieron postularse como candidatos para las actuales elecciones de la directiva de la AMCHAM. Estas personas, respetadas y reconocidas tanto a nivel nacional como internacional, lograron recientemente en sus muy altas funciones -insisto- hitos trascendentales para la AMCHAM, evidenciando transparencia, integridad y un firme compromiso con el desarrollo de la provincia; sin embargo, sus candidaturas, mal interpretando estatutos y reglamentos, fueron bloqueadas por fuerzas que ahora están tras de captar el control de AMCHAM, me informa el suspicaz “Correo Bemba”.
Sin especular sobre los motivos o la verdadera intención de quienes tomaron esta decisión, considero que esta acción es un auto boicot, que contraviene los nobles objetivos de AMCHAM, al negarles la posibilidad de participar a personas con probada ética, sin intereses políticos y con un historial claro de aportes significativos; privando así a los socios de contar para su elección, con más aportes de gente enriquecida y comprometida con los objetivos de esta entidad, Manabí y la patria.
En conclusión, el Comité de Elecciones, aparentemente influenciado por un controvertido círculo de poder, decidió no permitirles participar, limitando a todos los electores la posibilidad de tener una oferta electoral más amplia y diversa, lo que contrasta con una comunicación interna -me informan- del actual presidente de AMCHAM y también fundador de esta Cámara, como este “Contador de Historias”, en la que él lamenta la falta de compromiso de ciertos directivos invisibles que ni participan ni contribuyen al avance de la institución, incluso menciona a un presidente electo que nunca asumió funciones.
Por ello, es difícil comprender que se dejen fuera a personas que han trabajado activa y públicamente por el bienestar de los socios y el desarrollo de Manabí; por lo que no es lógico que se acepte en silencio esta lamentable situación que podría obedecer a la protección de intereses personales o a la complacencia de ciertos recientes influyentes benefactores.
El destino de AMCHAM no debe seguir en manos de personas que parecen carecer de una visión transformadora para la institución y para nuestra provincia, desperdiciando el liderar iniciativas que impulsen de manera decisiva el desarrollo de Manabí, posicionándola como la provincia de vanguardia que sabemos puede y debe ser.
Ojalá que estas reflexiones motiven un análisis profundo y acciones concretas para garantizar que AMCHAM cumpla su verdadero propósito, que es contribuir al progreso colectivo, con liderazgo y visión de otros altos niveles, ya que no es un simple club social, peor un trampolín político de quienes se han destacado como figurones e imprescindibles. Gracias.
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