Desde este 1 de diciembre de 2024, el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) pasó oficialmente a manos del Estado ecuatoriano, marcando un hito en la administración de recursos estratégicos.

Según informó el Ministerio de Energía y Minas, el proceso de transición, que culminó el 30 de noviembre, se llevó a cabo de manera ordenada y transparente bajo la supervisión del viceministro de Hidrocarburos, Guillermo Ferreira Olivera.

El traspaso, que estará gestionado por entidades públicas durante los próximos seis meses, busca fortalecer la soberanía energética del país y garantizar la continuidad operativa del oleoducto.

Ferreira subrayó que este movimiento no solo asegura el control estatal sobre un activo clave, sino que también abre puertas para optimizar el transporte de crudo y robustecer la matriz energética ecuatoriana.

Considerado un pilar de la economía nacional, el OCP es crucial para el transporte de petróleo hacia mercados internacionales.

La administración estatal apunta a maximizar su potencial y consolidar una gestión estratégica que beneficie al país en el largo plazo.

El Gobierno destaca que esta medida representa una oportunidad para modernizar la infraestructura y asegurar un manejo más eficiente de los recursos hidrocarburíferos.